PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA
NACIÓN CRISTINA FERNÁNDEZ EN EL ACTO DE RECEPCIÓN Y BIENVENIDA DE LA FRAGATA
ARA LIBERTAD, EN MAR DEL PLATA, PROV DE BUENOS AIRES
Gracias, muchísimas gracias;
señores y señoras oficiales y suboficiales de nuestra Fragata Libertad,
bienvenidos a la Patria (Aplausos); señores Gobernadores de las distintas
provincias argentinas, Intendentes; amigos y amigas; argentinos que hoy se han acercado
aquí o que, desde el lugar en que estén, están presenciando lo que, tal vez,
simbolice con mayor precisión, que en otras ocasiones, la defensa irrestricta
de los derechos de la Argentina y del respeto a su soberanía y dignidad
nacional. (Aplausos).
Hoy más que nunca: “La Patria sí,
colonia no!” representa en un determinado momento histórico muy particular,
donde la Argentina, una vez más sufre los ataques de fondos buitre y también de
otros que nos amenazan a 12.000 kilómetros o 14.000 kilómetros con venir a
militarizar o invadir nuestras Islas Malvinas les decimos, desde aquí, de la
Argentina, con todo nuestro orgullo, pero también con toda nuestra convicción
en cómo deben defenderse los intereses de un país que hoy tenemos frente a
nosotros una verdadera lección histórica, que hemos construido con tenacidad y
con convicciones. Porque cuando muchos – o tal vez no tantos – pero si
poderosos y con gran repercusión mediática pedían que nos entregáramos, pedían
que le pagáramos a esos fondos buitre lo que no tienen derecho, nuestro
gobierno hizo gala de respetar un legado histórico, que nos dejó un hombre,
hace ya casi diez años, cuando nos dijo desde el Palacio Legislativo que no
pensaba dejar sus principios en la puerta de la Casa de Gobierno. (Aplausos).
Esas convicciones que, en esta
ocasión, estaban además acompañada por el derecho internacional, por los
tratados firmados y por todo el orden jurídico global que decía que teníamos
razón, sin embargo siempre hay voces discordantes. Hoy leía en un diario que
finalmente se había terminado la odisea. Como ustedes saben “La Odisea” es ese
relato épico y metafórico de Ulises volviendo de la Guerra de Troya, ese que no
escuchó los cantos de las sirenas. Acá no había sirenas, allá había buitres y
allá habían unos caranchos que graznaban y no escuchamos a ninguno, sino que
escuchamos el clamor de nuestro pueblo, que pide – por sobre todas las cosas –
respeto y dignidad al pabellón nacional y a los derechos de la Patria.
(Aplausos).
Pero además paradójicamente
muchos de los que por ahí decían que teníamos que hocicar, que arrodillarnos
eran precisamente los que habían endeudado a la Argentina. Porque – a ver –
estos fondos buitre no aparecen por casualidad, hay una historia de muchas
décadas en la República Argentina, una historia de un endeudamiento feroz que
operó sobre la desindustrialización, sobre la desocupación, sobre el hambre del
pueblo. Y estaba mirando números antes de venir: los dos mayores períodos de
endeudamiento de la República Argentina se registraron entre 1978 y el 83 y
entre el 1991 y 2001; unos productos de la apertura y liberalización de la
economía y también de una reforma financiera que comenzó a cambiar el perfil
productivo de la Argentina y también de un endeudamiento de privados, hay que
decirlo con todas las letras, gran endeudamiento de empresas privadas, cuya
deuda fue estatizada en 1982 y hoy también tenemos que hacernos cargo los 40
millones de argentinos.
El otro período fue para sostener
la convertibilidad producto del Plan Brady, reestructuración de la deuda en el
marco del Plan Brady, que fue en toda la América latina, plan de ajuste y
privatizaciones. Les doy una cifra para la memoria y para el dolor: entre 1991
y 2001 pagamos 6 veces - solamente en intereses - lo que habíamos cobrado en
las privatizaciones y hoy la Argentina, a partir del año 2005, con la primera
reestructuración, esa que inició Néstor, con apenas el 22 por ciento de los
votos, y luego continúe en el 2010, ha contemplado y ha dado la oportunidad de
reestructurar su deuda al 93 por ciento de sus acreedores. Y desde el año 2005
venimos haciendo honor a esa deuda con nuestro propio trabajo y esfuerzo, sin
pedir un solo peso a nadie. (Aplausos).
El otro día, cuando se produjo,
porque parece que fuera mucho tiempo, recién le decía al capitán Salonio
¿cuánto tiempo estuvo? A él, y a la tripulación, le debe haber parecido mucho:
70 días solos abordo allá y rodeados. Quiero decirles que fueron acompañados
por todos los argentinos de buena fe, que le reconocen además la defensa digna
que hicieron de nuestra embarcación insigne, no esperábamos otra cosa.
(Aplausos). En esos 70 días algún matutino centenario decía que había que
honrar las deudas y pagarle a los fondos buitre. Yo digo, por qué no empiezan
pagando ellos lo que le deben al Estado argentino, hace diez años, en
impuestos, que todavía está en la Corte el expediente, por más de cien millones
de pesos. (Aplausos).
Pero quienes creemos en nuestras
fuerzas, quienes creemos en Dios, en la Patria y acá diviso también la sagrada
imagen de la Virgen de Luján, Patrona de todos los argentinos, les digo que en
estos años, en que hemos honrado la deuda que otros contrajeron y que
reestructuramos logrando quitas importantes de común acuerdo con nuestros
acreedores fuimos también generando la reindustrialización del país, que
permitió crear más de 5 millones y medio de puestos de trabajo; incorporar más
de 2 millones y medio de jubilados; volver a tener movilidad jubilatoria dos
veces al año; dar a la educación lo que ella merecía, que era presupuesto y
recursos para nuestros docentes, para nuestros alumnos, para nuestras
universidades, para nuestros investigadores. (Aplausos). Pero además, también,
no fue solamente una reestructuración hacía afuera, también sabedores lo que habían
padecido nuestras provincias, donde llegó a haber más de 10 monedas, que eran
apenas papelitos, con los cuales se intentaba pagarles algo a los empleados,
también reestructuramos la deuda de 16 provincias argentinas por más de 64.800
millones de pesos. Todo esto, planes de infraestructura, viviendas, rutas,
centrales eléctricas, conectividad. Hoy mismo por la mañana -y permítanme aquí
no solamente el orgullo de argentina sino también del pago chico, de Santa
Cruz- se abrieron los sobres de una obra hidroeléctrica que constituirá un
factor de ocupación territorial de nuestra Patagonia argentina, con la represa
del río Santa Cruz, verdadera soberanía también territorial y energética para
todos los argentinos. Con la participación de decenas de empresas nacionales e
internacionales, chinas, coreanas, rusas, brasileras. Estamos muy orgullosos.
Pero quería decirles que
precisamente este año que ha transcurrido en esta fenomenal crisis global la
Argentina ha pagado de deuda más de 11.000 millones de dólares. El último
vencimiento, el de diciembre, cupón de crecimiento por más de 3.500 millones
constituye el pago a tenedores privados más importante del año 2001 a la
fecha. Entonces de qué nos están
hablando y quiénes son estos fondos buitres que intentaron quedarse con la
fragata Libertad. Fue el embargo número 28 que llevan, son el producto de esta
crisis global, de esto que en algún momento he definido como una suerte de
anarco capitalismo, donde no hay reglas globales, donde está la razón del
poderoso o del lobby más importante, fondos que compran y se llaman buitres por
eso, ¿qué son los buitres? Son las aves que comienzan a volar sobre los muertos
para comer la carroña, estos sobrevuelan sobre los países endeudados y en
default, cuando caen compran el valor de sus títulos a un 10% y luego lo cobran
al 100 por 100. Han obtenido comportamientos que han convalidado, el caso de
Perú. Hoy estaba leyendo un papel que me acercó el ministro de Economía donde
decía que un abogado estadounidense había reconocido que el titular de ese
fondo buitre, aquel de Perú, que es el mismo que nos embargó la en fragata
Libertad, es el que había permitido que un presidente buscado por la justicia
en el Perú por causas de asesinato pudiera fugarse en su avión porque era el
que le había habilitado el pago de la deuda.
Esta es la historia que se repite
también en otros países, por eso es necesario entender que esta lucha que
estamos llevando a cabo los argentinos no sólo es algo que importe a nuestro
país, depende también en gran medida la suerte de un nuevo orden que debe darse
en el mundo e inclusive, aún con las actuales reglas, estamos viendo como
muchos se están dando cuenta que es necesario tomar una posición firme y seria
frente a estos verdaderos depredadores sociales globales en defensa del
bienestar de los pueblos y de la subsistencia de los estados. Porque de esto se
trata la, la presencia del Estado y la subsistencia de las sociedades, ambos
factores inescindibles en la construcción de ciudadanía y en la construcción de
patria.
Yo recuerdo que en una oportunidad
me tocó hablar luego de haberse producido el embargo artero, como bien decía la
locutora, artero sí, porque el día anterior 1° octubre habían compartido una
cena y había sido recibida la
tripulación entera de nuestra fragata por las autoridades de Ghana, pero
ya se sabe, no todos los gobiernos resisten las presiones y entonces suceden
las cosas que suceden. Nosotros somos un gobierno acostumbrado a sufrir
presiones internas, externas, subterráneas, planetarias, y vamos a seguir
resistiendo porque por la extorsión y por la fuerza nadie va a obtener nada de
la República Argentina. No es como alguno quiso calificarlo de bravuconada o
que queríamos entregar la fragata el día que dije que no íbamos a entregar
nuestra soberanía. Simplemente recordé lo que dijo el almirante Brown. Nos está
acompañando hoy y quiero saludarlo el ministro de Defensa del Uruguay,
Eleuterio Fernández Huidobro, agradecemos su presencia compañero. Ustedes se
preguntarán por qué lo nombro en este momento, porque me vino a la memoria lo del
almirante Brown, el padre de nuestra Armada Nacional, héroe naval, cuando fue a
defender al pueblo uruguayo de la agresión lusitana-brasilera en 1826 y dijo
que era preferible que la nave se fuera a pique antes que arrear el pabellón
nacional. Esos son los patriotas y esos son los hombres como el almirante Brown
que necesita el país.
Como también decía el general San
Martín, que vamos a pelear y cuando no tengamos nada pelearemos en pelotas como
nuestros hermanos los indios, esto también lo decía un patriota. O el general
Belgrano, cuando desobedeciendo las órdenes de Buenos Aires, de los porteños,
ordenó no retirarse, ordenó el Exodo Jujeño, ordenó prender fuego a todo y
librar las batallas de Salta y Tucumán donde se consolidó definitivamente la
independencia nacional. Esos son los ejemplos que hay que seguir de templanza,
de responsabilidad y de coraje, que es lo que hay que tener también.
Porque Dios mío, qué bueno podría
ser para todos, sobre todo cuando se tiene la responsabilidad de conducir un país,
qué bueno que sería caerle bien a todo el mundo, qué lindo sería decir esas
frases que le gustan a todos, del amor, la amistad, el cariño, cómo no nos va a
gustar; qué lindo podría ser quedar bien con todos y no tomar ningún riesgo ni
asumir ninguna responsabilidad; qué lindo sería hablar solamente de los
colores, del amor y de la música, a mí me encantaría ¿pero saben qué? cuando
uno gobierna un país y gobierna para los 40 millones de argentinos, aún para
los que no están de acuerdo, muchas veces tiene que tomar decisiones que no
conforman a todos y llamar a las cosas por su nombre. No me pidan nunca un
gesto de hipocresía o falsedad, con mis defectos, con mis errores, con mis
horrores, soy como me ven, de una sola pieza, no miento, no engaño, me interesa
la patria, defiendo la bandera, quiero que la memoria de él, de mi compañero,
quede bien en alto y por eso voy a seguir luchando siempre desde cualquier
lugar por el bienestar del pueblo, por la grandeza de la nación y por la
felicidad de todos los argentinos.
Gracias, muchas gracias por todo
el aguante de estos 70 días, muchas gracias a los integrantes de la fragata,
gracias a sus familiares, gracias a todos lo que acompañaron y pusieron garra y
lo que hay que poner para defender a la patria. ¡Viva la Patria! ¡Viva
Argentina! Gracias, muchas gracias.
*Foto gentileza del compañero Gustavo Pico
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