martes, 30 de junio de 2015
lunes, 29 de junio de 2015
martes, 16 de junio de 2015
viernes, 12 de junio de 2015
¨Como tienen ustedes los días contados, para librarse del propio terror, siembran terror.¨
Buenos Aires, 12 de junio de 1956
Dentro de pocas horas usted
tendrá la satisfacción de haberme asesinado. Debo a mi Patria la declaración
fidedigna de los acontecimientos. Declaro que un grupo de marinos y militares,
movidos por ustedes mismos, son los únicos responsables de lo acaecido. Para
liquidar opositores les pareció digno inducirnos al levantamiento y
sacrificarnos luego fríamente. Nos faltó astucia o perversidad para adivinar la
treta.
Así se explica que nos esperaran
en los cuarteles apuntándonos con ametralladoras, que avanzaran los tanques de
ustedes aún antes de estallar el movimiento, que capitanearan tropas de
represión algunos oficiales comprometidos en nuestra revolución. Con fusilarme
a mí bastaba. Pero no, han querido ustedes escarmentar al pueblo , cobrarse la
impopularidad confesada por el mismo Rojas, vengarse de los sabotajes, cubrir
el fracaso de las investigaciones, desvirtuadas al día siguiente en solicitadas
de los diarios y desahogar una vez mas su odio al pueblo. De aquí esta inconcebible
y monstruosa ola de asesinatos.
Entre mi suerte y la de ustedes
me quedo con la mía. Mi esposa y mi hija a través de sus lágrimas verán en mí
un idealista sacrificado por la causa del pueblo. Las mujeres de ustedes, hasta
ellas verán asomárseles por los ojos sus almas de asesinos. Y si les sonríen o
les besan será para disimular el terror que les causan. Aunque vivan cien años
sus víctimas les seguirán a cualquier rincón del mundo donde pretendan
esconderse. Vivirán ustedes, sus mujeres y sus hijos, bajo el terror constante
de ser asesinados.
Porque ningún derecho, ni natural
ni divino, justificará jamás tantas ejecuciones.
La palabra "monstruos"
brota incontenida de cada argentino a cada paso que da.
Conservo toda mi serenidad ante
la muerte. Nuestro fracaso material es un gran triunfo moral. Nuestro
levantamiento es una expresión más de la indignación incontenible de la inmensa
mayoría del pueblo argentino esclavizado. Dirán de nuestro movimiento que era
totalitario o comunista y que programábamos matanzas en masa. Mienten. Nuestra
proclama radial comenzó por exigir respeto a las Instituciones y templos y
personas. En las guarniciones tomadas no sacrificamos un solo hombre de
ustedes. Y hubiéramos procedido con todo rigor contra quien atentara contra la
vida de Rojas, de Bengoa, de quien fuera. Porque no tenemos alma de verdugos,
sólo buscábamos la justicia y la libertad del 95 por ciento de los argentinos,
amordazados, sin prensa, sin partido político, sin garantías constitucionales,
sin derecho obrero, sin nada. No defendemos la causa de ningún hombre ni de
ningún partido.
Es asombroso que ustedes, los más
beneficiados por el régimen depuesto, y sus más fervorosos aduladores, hagan
gala ahora de una crueldad como no hay memoria. Nosotros defendemos al pueblo ,
al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una minoría oligárquica,
en pugna con la verdadera libertad de la mayoría , y un liberalismo rancio y
laico en contra de las tradiciones de nuestro país. Todo el mundo sabe que la
crueldad en los castigos la dicta el odio, sólo el odio de clases o el miedo.
Como tienen ustedes los días contados, para librarse del propio terror,
siembran terror. Pero inútilmente. Por este método solo han logrado hacerse
aborrecer aquí y en el extranjero. Pero no taparán con mentiras la dramática realidad
argentina por más que tengan toda la prensa del país alineada al servicio de
ustedes.
Como cristiano me presento ante
Dios que murió ajusticiado, perdonando a mis asesinos, y como argentino derramo
mi sangre por la causa del pueblo humilde, por la justicia y la libertad de
todos, no sólo de minorías privilegiadas.
Espero que el pueblo conocerá un
día esta carta y la proclama revolucionaria en las que quedan nuestros ideales
en forma intergiversable. Así como nadie podrá ser embaucado por el cúmulo de
mentiras contradictorias y ridículas con que el gobierno trata de cohonestar
esta ola de matanzas y lavarse las manos sucias en sangre.
Ruego a Dios que mi sangre sirva
para unir a los argentinos.
Viva la Patria.
Juan José Valle
miércoles, 10 de junio de 2015
NUESTRAS!!!
10 de junio: Día de la afirmación de los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes.
martes, 9 de junio de 2015
9 de junio: Nuevo aniversario de la masacre de José León Suárez
9 de junio: Nuevo aniversario de
la masacre de José León Suárez
“El peronismo se ha llenado de
mártires y entre ellos no hay un solo hombre que, como nuestros enemigos, pueda
ser tildado de asesino con fundamento, como podemos llamarlos a ellos con
razón. La sangre generosa de estos compañeros caídos por la infamia
“libertadora” será siempre el pedestal de Abel, que los seguirá hasta su tumba,
llenándolos de remordimiento y de vergüenza”
Juan Domingo Perón
“La fuerza es el derecho de las
Bestias”
Asesinados en Lanús, simulando fusilamiento, 10 de Junio de
1956
Tte. Coronel José Albino Yrigoyen,
Capitán Jorge Miguel Costales,
Dante Hipólito Lugo,
Clemente Braulio Ros,
Norberto Ros y
Osvaldo Alberto Albedro.
Asesinados en los basurales de José León Suárez, disparando
por la espalda, 10 de junio de 1956
Carlos Lizaso,
Nicolás Carranza,
Francisco Garibotti,
Vicente Rodríguez,
Mario Brión.
Muertos por la represión en La Plata, 10 de junio de 1956
Carlos Irigoyen,
Ramón R. Videla,
Rolando Zanetta.
Fusilados en La Plata, 11 y 12 de junio de 1956
Teniente Coronel Oscar Lorenzo Cogorno,
Subteniente de Reserva Alberto Abadie.
Fusilados en Campo de Mayo, 11 de junio de 1956
Coronel Eduardo Alcibíades Cortines,
Capitán Néstor Dardo Cano,
Coronel Ricardo Salomón Ibazeta,
Capitán Eloy Luis Caro,
Teniente Primero Jorge Leopoldo Noriega,
Teniente Primero Maestro de Banda de la Escuela de
Suboficiales Néstor Marcelo Videla.
Asesinados en la Escuela de Mecánica del Ejército, 11 de
junio de 1956
Sub Oficial Principal Ernesto Gareca,
Sub Oficial Principal Miguel Ángel Paolini,
Cabo Músico José Miguel Rodríguez,
Sargento Hugo Eladio Quiroga.
Ametrallado en el Automóvil Club Argentino, 11 de junio de
1956
Miguel Ángel Maurino
(falleció el 13 de junio de 1956 en el Hospital Fernández)
Fusilados en la Penitenciaria Nacional de la Av.Heras, el 11
de junio de 1956
Sargento ayudante Isauro Costa,
Sargento carpintero Luis Pugnetti,
Sargento músico Luciano Isaías Rojas.
Fusilado en la Penitenciaria Nacional de la Av.Las Heras, el
12 de junio de 1956
Gral. De División Juan José Valle.
Asesinado, simulando suicidio por ahorcamiento, en la
Divisional de Lanús el 28 de junio de 1956, donde estuvo detenido desde el 9 de
junio de 1956
Aldo Emil Jofré.
"EL QUIJOTE DE LOS ANDES"
Del muro y texto de la Compañera
Mabel Ordiz
8 de junio de 1870: es sepultado
en Chile.
FELIPE VARELA : "EL QUIJOTE
DE LOS ANDES".
La historia de la lucha por el
poder en la Argentina no es nueva, y en realidad podríamos considerar pioneros
de esa disputa a los valientes caudillos que en muchos casos perdieron la vida
por la causa que defendían, tanto federales como unitarios.
Dentro de este contexto nos
encontramos con una larga lista de nombres que representan cada una de las
posturas políticas, y al mismo demuestran el valor desmedido que siempre
utilizaron por defender sus principios ante el enemigo.
Uno de estos nombres fue Felipe
Varela, que una vez convertido en leyenda de nuestro país, llegó incluso a
servir de inspiración para diversas poesías folclóricas. (a favor y en contra).
Según los expertos, Varela no ha
sido sólo un caudillo, sino que al igual que otros de sus compañeros, tales
como Quiroga, Peñaloza y Ramírez, logró convertirse en un verdadero líder
político del Federalismo, que luchaba intensamente para combatir la
organización nacional basada en el centralismo.
Debido al coraje permanente que
Varela demostró tener siempre en la lucha, sobre todo en lo que respecta a la
resistencia que mantuvo en la región andina por muchos años enfrentando a las
poderosas fuerzas enviadas por el gobierno unitario, durante lo cual el
caudillo se encontraba acompañado por un pequeño ejército; es que comenzaron a
llamarlo "El Quijote de los Andes".
Su valentía y bizarría le valió
el reconocimiento constante de sus superiores, pero sus ideales lo empujaron a
morir en el exilio, lejos de su amada patria.
Este heroico personaje de nuestra
historia nació el 11 de mayo de 1821. en Huaycama, pueblo perteneciente al
departamento de Valle Viejo, en Catamarca.
Según algunos documentos
históricos, el pequeño Felipe pasó sus infancia junto a sus padres, Javier
Varela y de Isabel Rearte, en una casa ubicada en la localidad de Guandacol, en
la provincia de La Rioja. Fue allí donde llevó a cabo sus estudios formales, y
al mismo tiempo se introdujo en el mundo de las armas, teniendo como tutor para
ello a un caudillo riojano cuyo apellido era Castillo.
Decidido a llevar adelante una
vida ligada al ámbito militar y político, a sus 19 años se incorpora al grupo
de caudillos que luchaban en la región contra el ejército enviado por Rosas.
Aquello le valió el destierro, por lo que se refugió en Chile, donde según
relatan muchos historiadores puede haber llegado a conocer a su posterior amigo
y compañero de lucha: el Chacho Peñaloza.
Viviendo en Chile, Felipe Varela
se incorporó inmediatamente al ejército del lugar, el cual abandonó cuando en
1852 se produjo la caída del gobierno de Rosas, ya que fue en ese momento que
regresó a Catamarca.
Varela decidió unirse al ejército
de la Confederación , desenvolviéndose como Teniente Coronel en el regimiento
7° de línea, el cual se había asentado en Río IV, precisamente en la frontera
de los indios.
Durante la decisiva batalla de
Pavón, ocurrida en el mes de septiembre de 1861, Varela luchó bajo las órdenes
de Urquiza, y fue allí donde comenzó a destacarse como uno de los más
aguerridos caudillos de la Confederación. Un año después, Varela se unió al
CHACHO, participando activamente en la rebelión organizada por el caudillo
contra las autoridades nacionales de Buenos Aires. Esto le valió la confianza
del Chacho y se convirtió en uno de sus máximos protegidos. Por ese motivo, ese
mismo año Varela fue designado Jefe de Policía de la provincia de La Rioja.
Al siguiente año, es decir en
1863, se le encomendó a Felipe Varela la difícil misión de invadir Catamarca,
participando de las contiendas conocidas como las batallas de Las Playas y
Lomas Blancas.
No obstante, cuando el 12 de
noviembre de 1863 se produce el sangriento asesinato de Peñaloza, Varela debió
huir de la región, por lo que decidió refugiarse en Entre Ríos, desde donde
nuevamente comenzó a militar bajo las órdenes de Urquiza, pero debe volver al
exilio en Chile.
Poco tiempo pasaría para que
Varela regresara al país, y ello ocurrió precisamente en 1865, cuando llega a
sus oídos el inicio de la Guerra contra el Paraguay, la cual involucró a
Uruguay, Argentina, Brasil, y por supuesto Paraguay, en una lucha sin tregua
causada por las aún vigentes rivalidades coloniales. ( Guerra de la triple
alianza).
Ante la noticia, Felipe Varela
decide volver y servir nuevamente a las órdenes de Urquiza. Pero lo cierto es
que como le sucedió a otros caudillos, Varela no comprendía cuáles eran los
motivos por los cuales debía llevarse adelante una lucha armada contra el
hermano pueblo de Paraguay. Por otra parte, el caudillo no toleraba el hecho de
efectuar una alianza con el Imperio Brasilero, el cual en realidad había sido
siempre un poderoso y ferviente enemigo de los estados del Plata.
Por todo ello, Varela se negó a
participar de esta absurda guerra, y regresó a Chile.
Mientras tanto, en casi toda la
geografía nacional los unitarios habían logrado imponerse frente a los
federales, lo que provocó en cierto modo que Varela decidiera finalmente
convertirse en una suerte de sucesor de el Chacho Peñaloza, convirtiéndose en
los años posteriores en el líder indiscutido del alzamiento de las provincias
andinas contra el gobierno centralista de Mitre.
Fue precisamente a finales del
año 1866, que Varela decidió regresar al país desde la Cordillera de los Andes.
A lo largo de dos años, Felipe Varela mantuvo el noroeste del país en
permanente rebelión, a través del trabajo realizado por sus tropas, que se
encontraban integradas por montoneros argentinos y chilenos. Para ello, contó
con el apoyo incondicional de algunos de los caudillos federales más
importantes de la historia, tales como Videla de Mendoza y los Saá de San Luis.
Fue en ese período que se produjo
la llamada Revolución de los Colorados, considerada como el último alzamiento
del partido federal argentino en el oeste del país. Aquella revolución no sólo
tenía como objetivo liberar a las provincias de los gobiernos centralistas
impuestos por el entonces presidente Mitre, sino también dar por terminada la
Guerra del Paraguay.
En aquella larga batalla, Felipe
Varela fue uno de los principales caudillos, que con su lucha finalmente logró liberar
a tres provincias del poder unitario.
Entre 1867 y 1868 Felipe Varela
se convirtió en el Gobernador de Catamarca, y al mismo tiempo mantuvo su
influencia política en las provincias vecinas de Salta y Jujuy.
Ante la inminente amenaza que la
influencia de Varela provocaba en contra de los intereses de Mitre, éste
decidió enviar a los soldados que se encontraban en Paraguay a perseguir y
luchar contra el caudillo.Así comienza Mitre su despiadada "guerra de
policía".
El 9 de abril de 1867 Varela, con
su arenga de Federación o Muerte, enfrenta a las fuerzas mitristas, conducidas
por Taboada ( siendo derrotado) en El pozo de Vargas : última gran batalla de
una guerra civil enmascarada.
Su fuerza montonera no pudo
contra la potencia casi indestructible del ejército de Mitre poseedor de las
más nuevas y sofisticadas armas importadas.
La fuerza unitaria arremetió con
todo su poderío en la región. Varela ya estaba enfermo de tisis y cada vez
perdía mayor apoyo político, por lo que finalmente debió regresar al exilio
chileno.
El 4 de junio de 1870 moría el
hombre y recién es enterrado en Chile el 8 de junio. Comenzaba la leyenda que
cuenta la historia del : ÚLTIMO MONTONERO.
Sus restos habían sido
repatriados en 1974 y depositados al pie del monumento con que se lo recuerda
en su Catamarca natal. En agosto del 2007, a instancias de la Legislatura de
Catamarca frente al Congreso Nacional, se asciende postmorten al coronel FELIPE
VARELA a GENERAL DE LA NACIÓN.
8 de junio de 1870: es sepultado
en Chile
FELIPE VARELA : "EL QUIJOTE
DE LOS ANDES"
La historia de la lucha por el
poder en la Argentina no es nueva, y en realidad podríamos considerar pioneros de
esa disputa a los valientes caudillos que en muchos casos perdieron la vida por
la causa que defendían, tanto federales como unitarios.
Dentro de este contexto nos
encontramos con una larga lista de nombres que representan cada una de las
posturas políticas, y al mismo demuestran el valor desmedido que siempre
utilizaron por defender sus principios ante el enemigo.
Uno de estos nombres fue Felipe
Varela, que una vez convertido en leyenda de nuestro país, llegó incluso a
servir de inspiración para diversas poesías folclóricas. (a favor y en contra).
Según los expertos, Varela no ha
sido sólo un caudillo, sino que al igual que otros de sus compañeros, tales
como Quiroga, Peñaloza y Ramírez, logró convertirse en un verdadero líder
político del Federalismo, que luchaba intensamente para combatir la
organización nacional basada en el centralismo.
Debido al coraje permanente que
Varela demostró tener siempre en la lucha, sobre todo en lo que respecta a la
resistencia que mantuvo en la región andina por muchos años enfrentando a las
poderosas fuerzas enviadas por el gobierno unitario, durante lo cual el
caudillo se encontraba acompañado por un pequeño ejército; es que comenzaron a
llamarlo "El Quijote de los Andes".
Su valentía y bizarría le valió
el reconocimiento constante de sus superiores, pero sus ideales lo empujaron a
morir en el exilio, lejos de su amada patria.
Este heroico personaje de nuestra
historia nació el 11 de mayo de 1821. en Huaycama, pueblo perteneciente al
departamento de Valle Viejo, en Catamarca.
Según algunos documentos
históricos, el pequeño Felipe pasó sus infancia junto a sus padres, Javier
Varela y de Isabel Rearte, en una casa ubicada en la localidad de Guandacol, en
la provincia de La Rioja. Fue allí donde llevó a cabo sus estudios formales, y
al mismo tiempo se introdujo en el mundo de las armas, teniendo como tutor para
ello a un caudillo riojano cuyo apellido era Castillo.
Decidido a llevar adelante una
vida ligada al ámbito militar y político, a sus 19 años se incorpora al grupo
de caudillos que luchaban en la región contra el ejército enviado por Rosas.
Aquello le valió el destierro, por lo que se refugió en Chile, donde según
relatan muchos historiadores puede haber llegado a conocer a su posterior amigo
y compañero de lucha: el Chacho Peñaloza.
Viviendo en Chile, Felipe Varela
se incorporó inmediatamente al ejército del lugar, el cual abandonó cuando en
1852 se produjo la caída del gobierno de Rosas, ya que fue en ese momento que
regresó a Catamarca.
Varela decidió unirse al ejército
de la Confederación , desenvolviéndose como Teniente Coronel en el regimiento
7° de línea, el cual se había asentado en Río IV, precisamente en la frontera
de los indios.
Durante la decisiva batalla de
Pavón, ocurrida en el mes de septiembre de 1861, Varela luchó bajo las órdenes
de Urquiza, y fue allí donde comenzó a destacarse como uno de los más
aguerridos caudillos de la Confederación. Un año después, Varela se unió al
CHACHO, participando activamente en la rebelión organizada por el caudillo
contra las autoridades nacionales de Buenos Aires. Esto le valió la confianza
del Chacho y se convirtió en uno de sus máximos protegidos. Por ese motivo, ese
mismo año Varela fue designado Jefe de Policía de la provincia de La Rioja.
Al siguiente año, es decir en 1863,
se le encomendó a Felipe Varela la difícil misión de invadir Catamarca,
participando de las contiendas conocidas como las batallas de Las Playas y
Lomas Blancas.
No obstante, cuando el 12 de
noviembre de 1863 se produce el sangriento asesinato de Peñaloza, Varela debió
huir de la región, por lo que decidió refugiarse en Entre Ríos, desde donde
nuevamente comenzó a militar bajo las órdenes de Urquiza, pero debe volver al
exilio en Chile.
Poco tiempo pasaría para que
Varela regresara al país, y ello ocurrió precisamente en 1865, cuando llega a
sus oídos el inicio de la Guerra contra el Paraguay, la cual involucró a
Uruguay, Argentina, Brasil, y por supuesto Paraguay, en una lucha sin tregua
causada por las aún vigentes rivalidades coloniales. ( Guerra de la triple
alianza).
Ante la noticia, Felipe Varela
decide volver y servir nuevamente a las órdenes de Urquiza. Pero lo cierto es
que como le sucedió a otros caudillos, Varela no comprendía cuáles eran los
motivos por los cuales debía llevarse adelante una lucha armada contra el
hermano pueblo de Paraguay. Por otra parte, el caudillo no toleraba el hecho de
efectuar una alianza con el Imperio Brasilero, el cual en realidad había sido
siempre un poderoso y ferviente enemigo de los estados del Plata.
Por todo ello, Varela se negó a
participar de esta absurda guerra, y regresó a Chile.
Mientras tanto, en casi toda la
geografía nacional los unitarios habían logrado imponerse frente a los
federales, lo que provocó en cierto modo que Varela decidiera finalmente convertirse
en una suerte de sucesor de el Chacho Peñaloza, convirtiéndose en los años
posteriores en el líder indiscutido del alzamiento de las provincias andinas
contra el gobierno centralista de Mitre.
Fue precisamente a finales del
año 1866, que Varela decidió regresar al país desde la Cordillera de los Andes.
A lo largo de dos años, Felipe Varela mantuvo el noroeste del país en
permanente rebelión, a través del trabajo realizado por sus tropas, que se
encontraban integradas por montoneros argentinos y chilenos. Para ello, contó
con el apoyo incondicional de algunos de los caudillos federales más
importantes de la historia, tales como Videla de Mendoza y los Saá de San Luis.
Fue en ese período que se produjo
la llamada Revolución de los Colorados, considerada como el último alzamiento
del partido federal argentino en el oeste del país. Aquella revolución no sólo
tenía como objetivo liberar a las provincias de los gobiernos centralistas
impuestos por el entonces presidente Mitre, sino también dar por terminada la
Guerra del Paraguay.
En aquella larga batalla, Felipe
Varela fue uno de los principales caudillos, que con su lucha finalmente logró
liberar a tres provincias del poder unitario.
Entre 1867 y 1868 Felipe Varela
se convirtió en el Gobernador de Catamarca, y al mismo tiempo mantuvo su
influencia política en las provincias vecinas de Salta y Jujuy.
Ante la inminente amenaza que la
influencia de Varela provocaba en contra de los intereses de Mitre, éste
decidió enviar a los soldados que se encontraban en Paraguay a perseguir y
luchar contra el caudillo.Así comienza Mitre su despiadada "guerra de
policía".
El 9 de abril de 1867 Varela, con
su arenga de Federación o Muerte, enfrenta a las fuerzas mitristas, conducidas
por Taboada ( siendo derrotado) en El pozo de Vargas : última gran batalla de
una guerra civil enmascarada.
Su fuerza montonera no pudo contra
la potencia casi indestructible del ejército de Mitre poseedor de las más
nuevas y sofisticadas armas importadas.
La fuerza unitaria arremetió con
todo su poderío en la región. Varela ya estaba enfermo de tisis y cada vez
perdía mayor apoyo político, por lo que finalmente debió regresar al exilio
chileno.
El 4 de junio de 1870 moría el
hombre y recién es enterrado en Chile el 8 de junio. Comenzaba la leyenda que
cuenta la historia del : ÚLTIMO MONTONERO.
Sus restos habían sido
repatriados en 1974 y depositados al pie del monumento con que se lo recuerda
en su Catamarca natal.En agosto del 2007, a instancias de la Legislatura de
Catamarca frente al Congreso Nacional, se asciende postmorten al coronel FELIPE
VARELA a GENERAL DE LA NACIÓN.
Mabel Ordiz
viernes, 5 de junio de 2015
Pancho Villa
Corrido de Pancho Villa*
Fui soldado de Francisco Villa
de aquel hombre de fama inmortal
que aunque estuvo sentado en la
silla
no envidiara la presidencial.
Ahora vivo allá por la orilla
recordando aquel tiempo inmortal,
ayayay,
ahora vivo allá por la orilla
recordando a Villa allá por
Parral.
Yo fui uno de aquellos dorados
que con tiempo llegó a ser mayor
en la lucha quedamos lisiados
defendiendo la patria y honor.
Hoy recuerdo los tiempos pasados
que peleamos con el invasor
ayayay,
hoy recuerdo los tiempos pasados
de aquellos dorados que yo fui
mayor.
Mi caballo que tanto montaba
en Jiménez la muerte alcanzó
una bala que a mí me tocaba
a su cuerpo se le atravesó.
Al morir de dolor relinchaba
por la patria la vida entregó
ayayay,
al morir de dolor relinchaba
cómo le lloraba cuando se murió.
Pancho Villa te llevo grabado
en mi mente y en mi corazón
y aunque a veces me vi derrotado
por las fuerzas de Álvaro Obregón
siempre anduve como fiel soldado
hasta el fin de la revolución
ayayay,
siempre anduve como fiel soldado
que tanto ha luchado al pie del
cañón.
*José Doroteo Arango Arámbula, más
conocido por su seudónimo Francisco Villa o el hipocorístico de éste, Pancho
Villa, fue uno de los jefes de la revolución mexicana, cuya actuación militar
fue decisiva para la derrota del régimen del entonces presidente Victoriano
Huerta.
Originario del estado de Durango
(se desconoce si era de Río Grande o de San Juan del Río ), nació el 5 de junio
de 1878 y murió asesinado en una emboscada en Hidalgo del Parral (Chihuahua)
el 20 de julio de 1923 Durante la revolución fue conocido como "El
Centauro del Norte".
martes, 2 de junio de 2015
#NiUnaMenos
Con la fuerza de las mujeres de nuestra historia de lucha! Y el compromiso de todos los días! #NiUnaMenos
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