viernes, 30 de agosto de 2013

Día del detenido Desaparecido



Organismos de DDHH conmemoran el Día del detenido Desaparecido
Organismos de derechos humanos conmemorarán el sábado próximo con un espectáculo artístico el Día Internacional del Detenido Desaparecido, instituido por Naciones Unidas en 2006.
La actividad, que se desarrollará desde las 19 en el Teatro La Máscara (Piedras 736), es convocada por la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Fedefam), integrada por Abuelas de Plaza de Mayo, Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas y Madres Línea Fundadora, junto con la agrupación H.I.J.O.S.
De acuerdo a lo previsto, primero hablará Marta Vásquez, titular de la línea fundadora de Madres de Plaza de Mayo, luego se leerá una poesía y, finalmente, se presentará la obra "Amor canalla".
El 30 de agosto fue instituido el Día Internacional del Detenido Desaparecido con el fin de aportar al fortalecimiento de la conciencia mundial sobre la persistencia de la práctica de la desaparición forzada de personas, caracterizado como crimen de lesa humanidad por la Organización de Estados Americanos (OEA) y las Naciones Unidas (ONU).
En la sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU realizada en Ginebra, Suiza, el 29 de junio de 2006, se aprobó el proyecto de Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, ante la presencia de la presidenta de la línea fundadora de Madres de Plaza de Mayo.


miércoles, 28 de agosto de 2013

Reflexiones de Fidel






La mentira tarifada
Me mueve a escribir el hecho de que muy pronto ocurrirán acontecimientos graves. No transcurren en nuestra época diez o quince años sin que nuestra especie corra peligros reales de extinción. Ni Obama ni nadie podría garantizar otra cosa; lo digo por realismo, ya que solo la verdad nos podría ofrecer un poco más de bienestar y un soplo de esperanza. Hemos llegado en materia de conocimientos a la mayoría de edad. No tenemos derecho a engañar ni a engañarnos.

En su inmensa mayoría la opinión pública conoce bastante sobre el nuevo riesgo que está a sus puertas.

No se trata simplemente de que los cohetes cruceros apunten hacia objetivos militares de Siria, sino que ese valiente país árabe, situado en el corazón de más de mil millones de musulmanes, cuyo espíritu de lucha es proverbial, ha declarado que resistirá hasta el último aliento cualquier ataque a su país.

Todos conocen que Bashar al Assad no era político. Estudió medicina. Se graduó en 1988 y se especializó en oftalmología. Asumió un papel político al morir su padre Hafez al Assad en el año 2000 y tras la muerte accidental de un hermano antes de asumir aquella tarea.

Todos los miembros de la OTAN, aliados incondicionales de Estados Unidos y unos pocos países petroleros aliados al imperio en aquella zona del Medio Oriente, garantizan el abastecimiento mundial de combustibles de origen vegetal, acumulados a lo largo de más de mil millones de años. La disponibilidad de energía procedente, en cambio, de la fusión nuclear de partículas de hidrógeno, tardará por lo menos 60 años. La acumulación de los gases de efecto invernadero continuará así creciendo a elevados ritmos y tras colosales inversiones en tecnologías y equipos.

Por otro lado se afirma que en el 2040, en apenas 27 años, muchas tareas que hoy realiza la policía como imponer multas y otras tareas, serían realizadas por robots. ¿Se imaginan los lectores cuán difícil será discutir con un robot capaz de hacer millones de cálculos por minuto? En realidad era algo inimaginable años atrás.

Hace apenas unas horas, el lunes 26 de agosto, despachos de agencias clásicas bien conocidas por sus servicios sofisticados a Estados Unidos, se dedicaron a difundir la noticia de que Edward Snowden se había tenido que establecer en Rusia porque Cuba había accedido a las presiones de Estados Unidos.

Ignoro si alguien en algún lugar le dijo algo o no a Snowden, porque esa no es mi tarea. Leo lo que puedo sobre noticias, opiniones y libros que se publican en el mundo. Admiro lo valiente y justo de las declaraciones de Snowden, con lo que a mi juicio prestó un servicio al mundo al revelar la política repugnantemente deshonesta del poderoso imperio que miente y engaña al mundo. Con lo que no estaría de acuerdo es que alguien, cualesquiera que fuesen sus méritos, pueda hablar en nombre de Cuba.

La mentira tarifada. ¿Quién la afirma? El diario ruso “Kommersant” ¿Qué es este libelo? Según explica la propia agencia Reuters el diario cita a fuentes próximas al Departamento de Estado norteamericano: “el motivo de ello fue que en el último minuto Cuba informó a las autoridades que impidieran que Snowden tomara el vuelo de la aerolínea Aeroflot.

“Según el rotativo, […] Snowden pasó un par de días en el consulado ruso de Hong Kong para manifestar su intención de volar a Latinoamérica vía Moscú.”
Si yo quisiera podría hablar de estos temas sobre los que conozco ampliamente.

Hoy observé con especial interés las imágenes del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, durante su visita al buque insignia del destacamento ruso que visita a Venezuela después de su anterior escala en los puertos de La Habana y Nicaragua.

Durante la visita del Presidente venezolano a la nave me impresionaron varias imágenes gráficas. Una de ellas fue la amplitud de los movimientos de sus numerosos radares capaces de controlar las actividades operativas de la nave en cualquier situación que se presente.

Por otra parte, indagamos sobre las actividades del mercenario rotativo “Kommersant”. En su época fue uno de los más perversos medios al servicio de la extrema derecha contrarrevolucionaria, la cual disfruta que el gobierno conservador y lacayo de Londres envíe sus bombarderos a la Base Aérea en Chipre, listos para lanzar sus bombas sobre las fuerzas patrióticas de la heroica Siria, mientras en Egipto, calificado como el corazón del mundo árabe, miles de personas son asesinadas por los autores de un grosero golpe de Estado.

En esa atmósfera se preparan los medios navales y aéreos del imperio y sus aliados para iniciar un genocidio contra los pueblos árabes.

Es absolutamente claro que Estados Unidos tratará siempre de presionar a Cuba como hace con la ONU o cualquier institución pública o privada del mundo, una de las características de los gobiernos de ese país y no sería posible esperar de sus gobiernos otra cosa, pero no en balde se resisten 54 años defendiendo sin tregua —y el tiempo adicional que fuera necesario—, enfrentando el criminal bloqueo económico del poderoso imperio.

Nuestro mayor error es no haber sido capaz de aprender mucho más en mucho menos tiempo.

Fidel Castro Ruz

martes, 27 de agosto de 2013

Ganemos!!!


¨Finalmente, para los que muchas veces nos dicen que nos gusta hablar del pasado y creen que el pasado ya pasó, este viernes pasado se ha comprobado definitivamente que el pasado y sobre todo en Economía, siempre está a la vuelta de la esquina.¨




El viernes pasado, la Cámara de Apelaciones, de la Ciudad de Nueva York, confirmó el fallo del juez Griesa, que la da la razón a los fondos buitres que embargaron, el año pasado, la Fragata Libertad, en la República de Ghana.
Este fallo de la Cámara de Apelaciones ignora el acuerdo del canje que hemos logrado con el 93 por ciento, ignora la inmunidad soberana que tiene la reestructuración de la deuda que se logró, primero, en el 2005, y luego, en el 2010.
El 31 de diciembre de 2001, no está tan lejos y fue allí donde la Argentina defaulteó exactamente 81.836 millones de dólares.
Un 49%, esto es 40.363 millones habían sido contraídos durante la administración gubernamental de 1989-1999
El 51% restante, 41.473 millones fue contraído por la administración entre los años 1999 y el momento de declararse el default.
Cuando Kirchner asume encara este problema de la deuda, que en realidad viene desde el 24/3/1976, cuando el país comienza a endeudarse cada vez más y hacer permanentemente una bicicleta financiera.
Se ve agravado durante la convertibilidad y, finalmente, implosiona ese 31 de diciembre del año 2001.
Desde el año 2003 a la fecha se hicieron importantes pagos, basados en dos reestructuraciones:
En marzo de 2005 se reestructura la deuda en la presidencia de Néstor Kirchner.
Ese primer canje en el que muy pocos confiaban terminó reestructurando el 76% por ciento de la deuda soberana.
La quita más importante que se recuerde en la historia. Para que tengan una idea de lo que representa es la totalidad de la AUH, es la totalidad de las más de 2.000 escuelas que se construyeron – en estos 10 años – en la República Argentina, y es todas las viviendas y sus respectivas infraestructuras, todos los planes sociales de viviendas que se construyeron entre el 2003 y la fecha.
Ahí surgió el problema de los holdouts, que eran los que no habían entrado en este primer canje.
En 2010, volvimos a abrir el canje y de ahí llegamos a una cifra récord de aceptación de reestructuración de deuda, el 93%
Para tenerlo claro: el 93 por ciento de los acreedores de Argentina, arregló; un 7 por ciento no arregló, pero solamente están haciendo juicio en Nueva York y han obtenido esta sentencia, fondos buitre por el 0,45 por ciento del total de la deuda.

Reitero: estos fondos buitres sólo representan el 0,45 por ciento del total de la deuda.
La Cámara de Apelaciones de Nueva York toma un argumento del “Financial Times” y dice que nos condena porque la Argentina es “un deudor recalcitrante”.
La Argentina ha pagado, entre el año 2003 y el año 2012, este país al que califican como deudor recalcitrante, 173.733 millones de dólares.
41.044 millones de dólares dentro del propio sector público nacional, entre distintos organismos que se prestan entre sí para financiamiento, para infraestructura. Hemos pagado 81.487 millones de dólares al sector privado (extranjero y nacional, en dólares, tenedores de bonos) y a los organismos multilaterales de crédito, entre ellos al FMI, al Banco Interamericano de Desarrollo, al Banco Mundial, a la Corporación Andina de Fomento, 51.201 millones de dólares; en total, 173.733 millones de dólares.
La Argentina tiene una ratio de deuda que es de las más bajas de los países desarrollados y ni qué hablar de los países de la región.
Bueno también es recordar que la deuda se tomó durante otras gestiones y también se defaulteó durante otras gestiones.
Nosotros creemos que los problemas deben resolverse, no solamente en el corto plazo, sino en el mediano y en el largo plazo.
Vamos a enviar un nuevo proyecto de Ley al Parlamento para abrir por tercera vez el canje de deuda para ese 7% que no ha ingresado.
Queremos una vez más, demostrar la profunda vocación de hacer frente a los compromisos que tiene la República Argentina.
Y otra decisión para salvaguarda de quienes han confiado en la República, el 93% que vienen cobrando, algunos del año 2005 y otros del año 2010.
Los que tienen bonos argentinos, el 93%, vamos a reemplazar esos bonos por bonos similares, por moneda extranjera, por los mismos plazos, unicamente que serán pagaderos aquí en la República Argentina en la Caja de Valores.
En definitiva es un aporte de la Argentina a la certidumbre jurídica del mundo y a la confianza de quienes confiaron en la Argentina.
La República Argentina tiene 40 millones de habitantes que exigen responsabilidad por parte de las autoridades del Gobierno.
Y poder seguir garantizando el crecimiento de Argentina en un marco de seguridad jurídica y de hacerse cargo de las obligaciones.
Finalmente, para los que muchas veces nos dicen que nos gusta hablar del pasado y creen que el pasado ya pasó, este viernes pasado se ha comprobado definitivamente que el pasado y sobre todo en Economía, siempre está a la vuelta de la esquina.
Basta que alguien cometa una equivocación o tenga otros intereses que no sean la de representar los intereses de los 40 millones de argentinos, para que las cosas que tanto nos han costado lograr en estos últimos años, finalmente se malogren.



Cristina Fernández de Kirchner
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lunes, 26 de agosto de 2013

Medios, gobiernos y ciclos Por Eduardo Aliverti




Medios, gobiernos y ciclos 
Por Eduardo Aliverti

Parece, o hasta se da por sentado, que hay dos factores de profunda relación entre sí: la efectividad de las denuncias mediáticas sobre corrupción oficial en el resultado de las primarias, y cómo éste incide en que se hable casi sin parar de “fin de ciclo”. ¿Cuánto hay de cierto en esa secuencia? Y si fuera veraz, ¿puede proyectársela de modo tan terminante hacia el mediano y largo plazo?

Una avalancha de prensa le atribuye al Gobierno ser un antro de ladrones, lavadores y amigos favorecidos. Pero, al solo efecto de probar o no las hipótesis en danza, debe hacerse el esfuerzo de apartar si se trata de denuncias periodísticas serias o de un conjunto de operaciones políticas basadas en el denuncismo como práctica de demolición, con poco o ningún rigor profesional. Es un esfuerzo antipático, porque es muy grande la tentación de detenerse en que una gran mayoría de lo imputado queda en agua de borrajas. Incluso, algunos o varios de los presuntos y descomunales destapes se caen no ya a las pocas horas de producidos, sino en el mismísimo momento, por simple imperio del sentido común. El capítulo de Cristina y su comitiva en las islas Seychelles es al respecto una obra maestra, hasta ahora insuperada. Que haya una escala técnica de dos días, en un viaje presidencial, es de por sí un atentado contra toda lógica y, de hecho, se derrumbó papelonescamente con el mero apunte de que el par de jornadas fueron en verdad 13 horas (lo cual es al margen de que el comunicado oficial aclaratorio incurrió en desmesuras terminológicas, para gusto de este columnista). Sin embargo, la grosería de ese pifie periodístico –suponiendo que sólo haya consistido en una equivocación insólita, pero equivocación al fin– es nada, literalmente nada, al cotejarla con la cumbre de su sinsentido. Expresado con lenguaje algo vulgar, ¿qué hay que tener en la cabeza para creer que un jefe de Estado es capaz de echarse dos días, 13 horas o algunos minutos, en unas islas del océano Indico, con el fin de certificar personalmente que su ruta de plata sucia está a buen resguardo? No hay adjetivo que alcance para quienes puedan dar por buenos delirios de ese tamaño, pero es en ese punto donde radica el esfuerzo propuesto hace unas líneas: no se trata de que el bartoleo de denuncias sea cierto, y ni siquiera verosímil, sino de su capacidad para convencer a las gentes, muchas gentes, de que el “paquete” de pudrición apuntado les ratifica su sensación de hastío. O disconformidad. Es un serrucho ascendente. Una gota horadante tras otra, a cada rato, en cada cobertura de cualquier episodio, tras las que termina sin importar qué sería lo evidente y qué lo apócrifo, porque la única urgencia es sumar(se) basura. La conjetura o convicción es que esa prédica surtió efecto y que fue poco menos que decisiva para provocar una sangría de votos en el oficialismo, tanto por la espectacularidad muy bien trabajada con que se la despliega como por un público a priori y potencialmente receptivo. Todo ello vendría a ser corroborado –entre otras constataciones– por la cantidad de asistentes a los caceroleos y por la vacuidad de sus señalamientos, reclamos, consignas e insultos, que son copia fiel de lo generado desde los medios de la oposición.

La firmeza de esas deducciones merece ser puesta en duda, sin que tampoco corresponda descartarlas por completo. Comparados los números de las primarias con su equivalente relativo más próximo, que no son las presidenciales de 2011 sino las legislativas de 2009, el Gobierno retuvo su condición de primera minoría nacional bien que con una pérdida significativa. En la CABA, los votos a sus candidatos anduvieron alrededor de lo esperado, con cifras mejores que hace cuatro años y tratándose de una ciudad cuyo componente gorila histórico exime de mayores comentarios. En “la provincia”, el kirchnerismo fue vencido con claridad pero lo más significativo es su derrota en algunos bastiones del conurbano que en buena parte se mudaron a Massa. Se reitera una pregunta ya formulada en esta columna, hace una semana: ¿puede pensarse sin más ni más que esos votos se perdieron por la influencia de las denuncias mediáticas sobre corrupción gubernamental? Los relevamientos en esas zonas no apuntan ahí, sino al tándem inseguridad/inflación –en el orden general– y a deficiencias severas en la gestión de sus intendentes. Y en el resto de los distritos donde perdió el kirchnerismo, prácticamente no hay ninguno en el que deje de observarse como central el peso de causas locales y regionales. ¿Hasta qué punto, entonces, resultó clave el influjo de la podredumbre institucional que cuentan los medios y algunos de sus personajes en particular? ¿Acaso no había ya esa “cadena nacional del desánimo” en 2009 –aunque centrada en el conflicto con “el campo”– y mucho más en 2011? Más parecería que, en todo caso, el ascendiente del ¿lanatismo? opera como cristalizador de tendencias asentadas en su furia o proclives al enojo contra el Gobierno. De todas maneras, en aras de la secuencia descripta al comienzo, también podrían ignorarse esas observaciones: dar por cierto que las denuncias de corrupción y su espectacularismo jugaron, juegan y jugarán un papel clave. Y a partir de allí ensayar su proyección, porque si hay algo seguro es que la suma de los rejuntados opositores –eso que se denomina la mayoría de argentinos que no votaron al Gobierno– ganó precisamente por juntada de bronca o disgusto, cualesquiera fuesen su motivos; y no por erigirse con un proyecto alternativo explicitado con claridad. ¿O alguien tiene noticias de que alguna de las fuerzas o postulantes de la oposición haya propuesto algo?

Con el resultado puesto, aunque sólo hayan sido primarias y siendo que para octubre todo indicaría una acentuación del voto adverso al kirchnerismo, se reforzó el recitado del fin de ciclo. Porque de verdad que es eso. Una entonación, casi automática. En primer lugar, cabe recordarle a tanto dirigente e intelectual perezoso que los gobiernos y los ciclos no son lo mismo. Y después, que, por carácter transitivo, la clausura de los primeros no significa necesariamente el cierre de los segundos. La dictadura concluyó en 1983 como etapa de administración militar y barbarie procedimental. Pero su ciclo, en cuanto a ejecución interna de la valorización financiera y globalizada del capital, recién acabó con el default de 2002 y la llegada del kirchnerismo un año más tarde. El interregno de Alfonsín supuso la reconquista de las libertades civiles pero no pudo contra el ciclo internacional de la economía, que el menemismo reacomodó con fiereza a través de la subasta del Estado. Y cuando el menemato terminó, tampoco debió hablarse de fin de ciclo porque el esperpento de la Alianza sólo implicó la fantasía de que terminar con la corrupción estatal conlleva hacerlo con la estructural de un modelo. En ese aspecto, el panorama de hoy reproduciría, justamente, a la decadencia gubernamental menemista y a la búsqueda de reemplazo por una opción que no alterase la sustancia modélica sino que representara, apenas, la liquidación de una manga de chorros. ¿Eso es fin de ciclo? Véase a España. Con un conservadurismo salvaje en el poder, tributario del desencanto tras las timbas y burbujas que dejaron un país con cerca de 30 por ciento de desocupados, ¿a quién se le puede ocurrir que con el PSOE derrotado en las urnas hubo un fin de ciclo? Salvo, claro, que se le llame así a un ajuste bestial, por la sola circunstancia de que la fiesta del capital financiero, montada en las ilusiones de las clases trabajadoras que ahora sufren desempleo masivo y el remate de sus viviendas, se transformó en un reapriete de cinturón explícito. ¿Eso sería fin de ciclo? ¿A favor de quiénes, con cuáles medidas? Porque, dicho sea de paso, ¿no se nota que cuando hablan de fin de ciclo no dicen una palabra acerca del ciclo que le sobrevendría? ¿Por qué dejan, así, que la frase sea apenas eso, una frase? ¿Porque no tienen claro cómo completarla con definiciones rigurosas o porque no les es conveniente hacerlo?

Punteada muy brevemente la diferencia elemental entre gobiernos y ciclos, aparece la cuestión de si una derrota del gobierno kirchnerista, en 2015, supondría el cese definitivo de la experiencia estatalista inaugurada en 2003, con mejor distribución de la justicia social, con mayor apuesta de la economía al desarrollo del mercado interno, con algunas políticas activas muy marcadas en esas y otras direcciones reparadoras (hablamos de 2015, y no de octubre venidero, en función de que tampoco tiene sentido detenerse en las enfermizas predicciones de los comunicadores que convocan a meterse debajo de la cama, porque se viene el caos, si el Gobierno pierde claramente las legislativas). Está en disputa. El oficialismo tiene un desgaste natural, su figura máxima e incluso excluyente no puede ser candidata, hay errores de diversa índole y los logros de una década están incorporados al paisaje cotidiano. Por esos orificios se puede colar –no tranquilamente– una variante peronista de derecha presentada como light, que intente retroceder, en forma paulatina pero decidida, sobre todo lo alcanzado. No le será fácil y no solamente por la fuerza popular que acumuló el kirchnerismo, sino porque el contexto de la región no favorece ni favorecería el retorno de salvajadas neoliberales.

Es una posibilidad, claro que sí, pero de ningún modo es una certeza, al estilo de lo que pregonan los recitadores del fin de ciclo. Puede ser que eso les dé algún rédito. Pero si es por solidez intelectual, es tan blandengue como creerse a la política cual lecho de rosas gracias a la semillita que dará sus frutos sin afectar a nadie.