Conversación frente al mar
Por: Jorge Giles
El tipo estaba leyendo lo más
tranqui el diario La Nación en un bar tradicional de Mar del Plata. Solo.
El parroquiano de al lado lo
reconoció, dudó un momento y finalmente se acercó hasta la otra mesa.
“Te veo y me dan ganas de llorar,
Pelado”, arrancó el visitante mientras se acomodaba en la silla. Y siguió
hablando ante la sorpresa del otro.
“¿Tanto luchamos, tantos
compañeros perdimos, tanto aguantamos en la cana de la dictadura para hoy verte
así, Pelado?”
El hombre calvo sonrío de manera
sobradora y preguntó a su vez: “¿Así cómo?”
“Quebrado”, le respondió sin más
el viejo conocido.
“No te voy a permitir” lo
interrumpió el Pelado.
“¿Y qué autoridad política y
moral tenes vos para permitirme o no decirte lo que se me da la gana?”,
inquirió el parroquiano.
“No me importa lo que pensas de
mi, sólo te exijo respeto”, dijo el calvo balbuceante.
Y fue como si la historia se
mostrara lastimada en la piel de ese hombre al responder:
“¿Vos me pedís respeto? ¿Vos que
te cagás en la memoria de los compañeros? Nosotros creímos en la revolución,
Pelado. Y nos jugamos la vida por nuestras convicciones. Y nos equivocamos.
Pero no traicionamos. Y te voy a decir algo más: no nos traicionamos. Por eso
hay muchos compañeros que aún sin compartir del todo el proyecto kirchnerista
saben apreciar el abrazo de Cristina con Fidel y con Raúl, la preocupación
constante por la salud de Chávez ¿O no leíste que De Vido estuvo en Venezuela
días después con un mensaje claro de la presi para bancar a Venezuela hasta
donde haga falta? ¿En serio que no te alegró ver a la presidenta meterse con
orgullo en los túneles vietnamitas? ¿Tan pronto te olvidaste cuando decías que
la patria sería liberada cuando este pueblo tenga un gobierno que se junte con
Cuba, con Vietnam y Venezuela, con Brasil y China, con los pueblos del mundo
que buscan liberarse?”.
El hombre calvo amagó con irse y
el otro lo sentó de nuevo.
“¿Así que vas a hacer la
revolución a la derecha de Cristina? ¿Ya tendrás el Comité Central en pleno,
no? Arriesgo nombres: Prat Gay, Secretario General; total el Huevo, ese que
pusiste vos, se hace a un lado con un chasquir de dedos. De comandante primero,
Binner, de segundo Gil Lavedra, de tercero la Estenssoro, así de paso cumplís
el cupo femenino, salvo que estés pensando en Laura Alonso y la haces completa.
Me acuerdo cuando decías en el pabellón de Rawson: “Para hacerla, hay que
hacerla bien”. Y estás en eso Pelado. Respetalo al Roby. Respetá a los
compañeros que cayeron dignamente”.
Silencio del calvo. El mozo se
acercó. El parroquiano pagó los dos cafés. Se levantó. Se fue. Y volvió hasta
el Pelado para decirle al oído no se sabe qué.
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