martes, 20 de noviembre de 2012

Vuelta de Obligado




Revelan datos ocultos de cómo se combatió en la Vuelta de Obligado

Un equipo de arqueólogos trabaja desde 2000 en ese sitio histórico del Río Paraná, donde hace 167 años se defendió el territorio nacional ante el avance de las armadas francesa e inglesa. Entre otros, los hallazgos confirman la diferencia en el armamento de cada bando.

Por: Gustavo Sarmiento

Doce años después de que un grupo de historiadores y arqueólogos, liderado por Mariano Ramos, llegara hasta ese recodo del Río Paraná conocido como la Vuelta de Obligado, a 18 kilómetros de San Pedro, más de 10 mil elementos arqueológicos hallados permiten hacer una descripción hasta ahora nunca revelada de las condiciones humanas y militares con que los combatientes argentinos defendieron la soberanía nacional, aquel 20 de noviembre de 1845, en el inicio de la llamada Guerra del Paraná.

Los miembros de este equipo fueron los primeros de la Argentina en realizar arqueología histórica sobre batallas, en mayo de 2000, subsidiados por la Universidad de Luján. Desde ese momento realizan dos campañas por año, repartiéndose entre el monte (donde estuvo el campamento de las tropas nacionales), una exploración subacuática y la búsqueda de las cuatro baterías que atacaron la llegada de los ingleses y franceses: Restaurador Rosas, General Brown, General Mansilla y La Manuelita, con el objetivo de conocer y recrear a uno de los principales “eventos tabú” de la historia argentina. Hasta hoy, la mayoría de los objetos recolectados pertenecen a la batería dos, como cerámicas, armas o botones.

Para dar con los llamados “núcleos de la batalla” utilizaron un mapa detallado del almirante inglés B.J. Sulivan de esa época, proyectado sobre imágenes satelitales. Esta última campaña la comenzaron el 9 de noviembre y finalizó ayer. El principal grupo se instaló a metros del monumento de las cadenas donde, tras años de búsqueda, pudieron dar con la batería número uno, especialmente con proyectiles y parte de las maderas robustas que conformaban las defensas. “Fue lo más novedoso. Es que a partir del abandono del campo de batalla, ha habido un constante saqueo del sitio durante 150 años, además es un terreno muy complejo, con un enfrentamiento de bandos de 2500 personas, en una batalla de la modernidad que se dio en mar y en tierra”, remarcó Ramos.

El combate ocurrió cerca de las 9 de la mañana. La defensa argentina se erigió con tres enormes cadenas que atravesaban los 700 metros del Río Paraná de costa a costa, colocadas sobre 24 barcazas, de las cuales diez contenían explosivos. Así retuvieron cuatro horas a las tropas inglesas y francesas, hasta que una vez en tierra rodearon a las nacionales que combatieron hasta quedarse sin municiones. Luego siguieron por el río hacia el norte donde se rendirían un año después. La diferencia armamentística con las potencias mundiales (cuyas naves ya eran a vapor) también se pudo vislumbrar en los objetos. “Encontramos clavos sin cabeza ni punta, partidos a la mitad, que se usaban dentro de bombas explosivas. En cambio, los argentinos tenían cañones y calibre de menor tamaño, y tiraban bombas macizas como si fueran bolas”, contó Ramos, que resaltó la novedad de hallar en las baterías cientos de piezas de cerámica y vidrio pertenecientes a bebidas alcohólicas, gres o ginebra “para sostener a los combatientes, que no entren en una situación de terror de combate. También vimos que habrían sido menos cañones de los que se dijo”.

Las otras dos baterías serán más complicadas de excavar: la tercera está tapada por el agua, y la cuarta yace debajo de una casa de familia. Ahora continuarán con las otras batallas de la Guerra del Paraná, como Tonelero en Ramallo, Quebracho y San Lorenzo en Santa Fe, mientras buscan dar con las cadenas y los enganches originales. “Sobre la Vuelta de Obligado existen muchos mitos, y el principal es el de las cadenas. Hay restos en varios museos y lugares del país, atribuibles a la batalla, pero no todas lo son”, agregó Ramos.
Luis Launay, presidente de la Comisión Nacional Permanente de Homenaje a la Vuelta de Obligado, fue preso hace pocos años cuando resistió a la instalación del hotel Howard Johnson en las 30 hectáreas del sitio histórico. En lo que era ese descampado con monumentos y placas rotas está desde 2010, por impulso del Ejecutivo Nacional, el parque histórico-natural, por el que cada fin de semana largo pasan más de 5 mil personas. “Encontramos desde cadenas hasta el único sable hallado en toda la batalla”, contó Luis. Para el futuro cercano se piensa instalar en el sitio un monumento a Petrona Simonino, que encabezó el grupo de las mujeres que asistió a enfermos en el hospital de la batalla, que se encuentra dentro de una estancia, cuya familia no permite verlo. El último temporal le voló una pared.

Se estima que en la batalla murieron 250 argentinos, y medio centenar de europeos. El silenciamiento o manipulación del evento (por el cual San Martín, desde su exilio en Francia, felicitó a Rosas) no fue sólo teórico. Dos veces la marina destruyó fragmentos claves del sitio histórico, en 1972 y en el 55, cuando dinamitaron la estructura donde se habían sujetado las cadenas, que contenía cientos de inscripciones del público a favor de la soberanía. Ramos concluyó: “para la historia oficial de los liberales este tipo de 'eventos tabú' ni siquiera debían ser citados”. «
 
Detalles históricos en 120 cartas rescatadas del olvido

La acción de recuperar parte de la historia de Obligado también corrió por cuenta del Municipio de San Pedro, que en septiembre de 2010 rescató 120 cartas olvidadas en el archivo histórico de San Nicolás desde hacía varias décadas. La mayoría pertenece al general Lucio Mansilla (cuñado de Rosas y padre del escritor Lucio Víctor) y descubrieron que el líder de las tropas en realidad firmaba con "c" su apellido. En los manuscritos se detallaba la logística previa, la colaboración explícita con aborígenes, la participación de niños, la promesa de devolverle a los vecinos los animales e infraestructura solicitada, y hasta los choques con las autoridades zonales (jueces de paz) que no enviaban lo que pedían con urgencia los militares, sobre todo ganado, remedios y municiones. A esta enorme colección se le agregaron 43 nuevas cartas encontradas en pilas de hojas hace poco más de un mes, en las cuales el Capitán Interino del Puerto de Buenos Aires tilda de "piratas" a los comandantes de las flotas inglesa y francesa, se nombra a un muchacho (José Torres) para desempeñarse como tamborilero, o una de agosto de 1845, en la cual Mansilla le reclama efectivos al juez sampedrino "desde la edad de 15 a 60 años, distinguiendo los que corresponden a la milicia activa". Siete días antes de la batalla, el 13 de noviembre, se da cuenta de la presencia de la escuadra anglo-francesa. Y tres cartas escritas desde la llamada Estancia de Gómez sugieren que el 20 de abril de 1846 ocurrió en Obligado otro hecho de armas del que no se tenía registro hasta el momento, con "una goleta desconocida" y "varias balleneras con efectivos merodeando las costas". En otra carta de tres páginas del 27 de noviembre el gobernador Juan Manuel de Rosas aclama: "La República entera concurrirá a este voto que la provincia de Buenos Aires consagra a sus heroicos defensores: lo aplaudirá el mundo."


Una vivencia  de todos

Desde San Pedro, recorriendo 18 kilómetros por la calle Lucio Mansilla, se llega al Parque Histórico Natural “Vuelta de Obligado”, creado en 2010 por impulso de Presidencia de la Nación, quizás uno de los más desarrollados y explicativos dentro de los espacios de interpretación que se erigieron sobre campos de batallas, con el monumento del escultor Rogelio Polesello, un sendero temático, un Centro de Interpretación de Flora y Fauna de la Reserva Natural, y el Museo de Sitio “Batalla de Obligado”, en el que un 70% de las 200 piezas fueron entregadas por vecinos. Uno de los objetos más preciados es la única pieza recuperada hasta hoy de una de las naves hundidas en la batalla. Se trata de una baranda de 1,20 metro de longitud que había estado colocada en la popa de una embarcación de poco tamaño. La escena la contemplan monedas de cobre de 1827-28, y un fusil tower inglés con sistema de chispa calibre 17,5 mm, de 1,47 metro que los argentinos capturaron en las invasiones inglesas y usaron en Obligado. Las diferencias de armamento respecto a los enemigos se ejemplifican aún más con la exhibición de bolas de boleadoras. Al lado del museo construyen en la actualidad un par de baños. Hace un par de meses, los albañiles se toparon a 40 centímetros de profundidad, con elementos como una traba de cañón o una bala maciza fragmentada en 8 pedazos. “Antes de 2010 y del impulso de la Presidenta, lo único que había eran actos protocolares a nivel local, sin sentido de revisionismo histórico. Hoy lo vive todo San Pedro, desde ciclos de cine, muestras y debates hasta actividades deportivas”, comenta el director de Cultura local, José Luis Aguilar.

2 comentarios:

gustavo herrera dijo...

QUERIDOS COMPAÑEROS
UN MAGNÍFICO POST QUE NOS HEMOS PERMITIDO COPIAR. SALDRÁ EN NUESTRO BLOG A LA 13,30 HRS.
UN GRAN ABRAZO Y SEGUIMOS POR EL MISMO CAMINO.
GRACIAS
indecquetrabaja.blogspot.com
PARA CUALQUIER COMUNICACIÓN
rojogalloclaudio@yahoo.com.ar

La Peñaloza dijo...

De nada compas, el articulo salio hoy en El tiempo Argentino (no lo escribimos nosotros), lo copiamos y pusimos el link hacia la nota original, un gran abrazo también y a seguir poniendo el hombro.

La Peñaloza
para cualquier comunicación:
lapenialoza@gmail.com O
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