"Señor: Perdóname por
haberme acostumbrado a ver que los chicos parezcan tener ocho años y tengan
trece.
Señor: perdóname por haberme
acostumbrado a chapotear en el barro. Yo me puedo ir, ellos no.
Señor: perdóname por haber
aprendido a soportar el olor de aguas servidas, de las que puedo no sufrir,
ellos no.
Señor: perdóname por encender la
luz y olvidarme que ellos no pueden hacerlo.
Señor: Yo puedo hacer huelga de
hambre y ellos no, porque nadie puede hacer huelga con su propia hambre.
Señor: perdóname por decirles 'no
sólo de pan vive el hombre' y no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor: quiero quererlos por ellos
y no por mí.
Señor: quiero morir por ellos,
ayúdame a vivir para ellos.
Señor: quiero estar con ellos a
la hora de la luz."
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