domingo, 18 de diciembre de 2011

“LA ULTIMA MUERTE DE JUAN PERON”




El jefe de redacción del diario Clarín en su nota de ayer la encabeza con el sugestivo título: “LA ULTIMA MUERTE DE JUAN PERON”.   Y en el despliegue de ella  basa esa afirmación en la parte del mensaje presidencial de la presidente Cristina, donde hace referencia que en la Constitución Nacional de 1949 no se establecía el derecho de huelga  como en la actualidad existe.  Y esto lo habilita para decir  que  además de marcarle la cancha a Moyano  respecto a las futuras discusiones paritarias,  la presidenta  …”al mismo tiempo dar el paso público que le faltaba para enterrar definitivamente a Juan Domingo Perón de la memoria colectiva de los argentinos y en  diferenciarlo del fenómeno kirchnerista”.
Este medio y los otros opositores nos tienen acostumbrados , sobre todo después de la confección de la lista de candidatos a diputados nacionales, a sobredimensionar y agravar  las disconformidades  y  las diferencias con respecto a  las propuestas reivindicativas presentadas por la C.G.T. conducida por Moyano, preanunciando una inminente ruptura política con el gobierno nacional.   En los últimos días dirigentes de esa central se han encargado de desmentirlo, pero manifestando que la relación pasa por momentos complicados.
Esos medios igualmente desde el surgimiento de las distintas expresiones del peronismo antikirchnerista, han apoyado abiertamente a sus dirigentes en su autoproclamada ser expresión del  verdadero peronismo y herederos del  pensamiento de Perón.      Si bien las últimas elecciones nacionales mostraron claramente que la mayoría de las bases que se identifican como peronistas votaron por Cristina, a pesar de esa derrota todo señala que continúan y  continuarán manteniendo esa posición y apelarán a todos los recursos, propios y ajenos, para fortalecerla  -máxime previendo un deterioro del  bienestar de los sectores populares ocasionado por la crisis económica financiera mundial-  y en esta nota han llegado al extremo  de atribuir a la presidenta la voluntad de “enterrar” la memoria de Perón en las citadas bases.
 La referencia al derecho de huelga y a la Constitución Nacional de 1949 nos lleva a hacer unas consideraciones básicas.    En primer lugar, los procesos de industrialización en el siglo XX en los países centrales y con posterioridad en los periféricos  se caracterizaron inicialmente por la superexplotación de la clase trabajadora;  a diferencia  de ellos,  el proceso iniciado por  un sector del gobierno militar a partir de 1944, luego consolidado como movimiento popular después del 17 de octubre de 1945 y con la presidencia de Perón desde 1946 hasta 1955, generó una etapa de creciente industrialización protegida  sin explotación de los trabajadores que convirtió a la Argentina  en el primer país industrial sudamericano.
Carencia de explotación que se explica  porque el principal elemento constituyente del movimiento peronista fue un sector de las fuerzas armadas y la gran mayoría de los trabajadores, marginados y desposeídos de la ciudad y del campo,  ocupando un lugar muy secundario la burguesía nacional (en contraste con quien fue el sujeto principal  de la posterior  industrialización del Brasil).   Esos cambios revolucionarios significaron también que por primera vez en ese siglo la masa de los trabajadores asumió la cuestión nacional, la tarea de la liberación nacional que después de Caseros no fue nunca asumida en plenitud por ninguno de los sectores dominantes de nuestra  burguesía nativa.
En segundo lugar la Constitución Nacional de 1949, máxima institución legal en que el proceso revolucionario que se iniciaba sin sangre fijaba en normas constitucionales los cambios ya  concretados y abría el camino para su  ampliación y superación, no estableció el derecho de huelga porque lo estimó un derecho natural y lo consideraba  solo a ser ejercido en casos extremos dado que los trabajadores participaban del poder del  gobierno y del Estado.
Participación ampliamente demostrada porque en ese período su porcentaje mínimo en el ingreso nacional fue del  50% y en algunos años llegó al 54%, las innumerables leyes aprobadas y hechas cumplir en su beneficio, la tercera parte de los diputados nacionales elegidos, la concurrencia de la CGT a reuniones del gabinete nacional, el nombramiento de agregados laborales en las embajadas, el diálogo sostenido de Eva y Juan Perón con los dirigentes sindicales, y  un apoyo decidido del gobierno a sus asociaciones profesionales que crecieron de unos pocos cientos de miles de afiliados a 5 millones al final del período.
En esa Constitución entre sus artículos, el 37 estableció el Decálogo del Trabajador: los derechos a trabajar, a una retribución justa, a la capacitación, a condiciones dignas de trabajo, a la preservación de la salud, al bienestar, a la seguridad social, a la protección de su familia, al mejoramiento económico, a la defensa de los intereses profesionales (entre algunos de sus considerandos fijó : “…el trabajo es la causa de todas las conquistas de la civilización y el fundamento de la prosperidad general ……la riqueza, la renta y el interés del capital son frutos exclusivos del  trabajo..)-    En el artículo 35 condena el abuso de derecho y cualquier forma de explotación del hombre  por el  hombre.    En el  38 determina que la propiedad privada tiene una  función social.
En ese período nunca se produjeron huelgas generales, sí  hubo huelgas de determinados gremios, como ferroviarios, marítimos, metalúrgicos, azucareros, que tuvieron como protagonistas a dirigentes opositores, oficialistas o sindicalistas;  que en los años que se produjeron tuvieron diversas interpretaciones y reacciones adversas del gobierno nacional  y de la CGT, si eran consideradas inicialmente exclusivamente reivindicativas o si formaban parte de campañas desestabilizadoras de la oposición ante la realidad que a nivel electoral el peronismo era imbatible, sumadas al grado que por su masividad y prolongación perjudicaban a la economía nacional. (el que escribe en setiembre de 1945 colaboró en romper una huelga de un sector de su gremio con argumentos reivindicativos pero conducida por la opositora “Unión Democrática” y a los pocos días participó de una huelga de todo su gremio de claro sentido político reivindicativo  de apoyo al entonces Coronel Perón).
Un comentario  brevísimo  sobre la coyuntura:  el MTA  del que formaba parte el “moyanismo” enfrentó el neoliberalismo y las relaciones carnales del menemismo y de la Alianza, y desde  la conducción de la CGT en los gobiernos de Néstor y Cristina no convocó nunca a un paro general y  los apoyó política y electoralmente aún en sus momentos más adversos a partir del 2008; Néstor y Cristina generaron 5 millones de empleos, habilitaron las Convenciones Colectivas de Trabajo y tomaron decisiones que favorecieron el aumento de salarios, jubilaciones y asignaciones, partiendo de un piso de gran injusticia en la distribución de la riqueza, y levantaron una posición de soberanía nacional, unidad sudamericana y de no sujeción de la política a los mandatos del mercado.    Se vienen  las consecuencias negativas de la crisis mundial originada en los mayores centros del  capitalismo, Cristina además de estar avalada por una mayoría popular ha demostrado ser capaz de superarla en el 2008 y el 2009 sin perjudicar a los trabajadores y excluidos.  Todas las soluciones, mejoras y profundizaciones hay que discutirlas, proponerlas, consensuarlas o ganarlas dentro de este nuevo movimiento nacional y popular, donde si bien la identidad mayoritaria es la peronista no es suficiente para encarar con éxito los desafíos de la etapa.   En el afuera no hay nada que esté a la altura de nuestra historia de luchas.
              

Dante Rubio,  militante Tercera Posición Peronista, 13 de diciembre

No hay comentarios: