sábado, 12 de marzo de 2011

LOS CONVOCÓ A INSTITUCIONALIZAR EL MODELO “Quiero una juventud que construya su propia historia” Publicado el 12 de Marzo de 2011



Aunque la presidenta no mencionó su candidatura a la reelección, en el primer acto masivo del año electoral hizo hincapié en los logros alcanzados desde 2003. Emocionada, recordó varias veces a Kirchner: “Él está entre nosotros”, dijo.

En el discurso más esperado en meses, con la expectativa de que el acto podría convertirse en el lanzamiento definitivo de su candidatura, la presidenta Cristina Fernández habló ante una multitud emocionada que llenaba el estadio de Huracán en Parque Patricios. Cristina no confirmó su postulación, aunque tampoco retó a los manifestantes que la interrumpían para pedirle que sea candidata. El discurso estuvo plagado de definiciones y promesas hacia el futuro, promesas que formaban un plan de gobierno, propias de un jefe de Estado que se imagina gobernando cuatro años más. “El gran desafío es que el campo nacional y popular pueda institucionalizarse, pero eso no se hace a través de una ley o un decreto, sino cuando se hace carne en el conjunto de la sociedad, porque visualiza que ese es el camino más seguro”, planteó la presidenta.
Como los dirigentes que se saben al frente de un gran proceso colectivo, Cristina dedicó largos párrafos a jerarquizar los objetivos de la próxima etapa. Entre las prioridades, la mandataria insistió varias veces con el concepto de “institucionalizar el modelo” para no depender de los liderazgos personales. Dijo que esa era una de las cosas más importantes que había que hacer en los próximos años: “A lo largo de la historia, el campo nacional liderado por hombres y mujeres vivió un drama que consistía en que cuando esos hombres y mujeres ya no estaban, eso se desperdigaba porque faltaba la construcción política institucional. ¿Cómo hacemos para que la transformación o el cambio no dependan de una persona o dos? El gran desafío es cómo hacer para que su presencia sea permanente”, exhortó la jefa de Estado.
La presidenta incluso atribuyó la dificultad para institucionalizar las transformaciones a que el espacio nacional y popular, según su lectura, suele convocar a la sociedad a partir de las contradicciones, de la puja con otros sectores sociales y políticos. Cristina mencionó ese antecedente con cierto matiz crítico. “Se construía sobre las contradicciones y entonces, cuando faltaba una coma u otra oración, todo se caía. Ahora tenemos una oportunidad histórica, la oportunidad de construir a toda la sociedad no contra alguien, sino a favor de una propuesta. Por eso debemos convocar a toda la sociedad”, exhortó desde el escenario. La jefa de Estado completó ese mensaje con una advertencia a la propia dirigencia del oficialismo: les pidió que no perdieran el tiempo con las vanidades personales y las banalidades.
Cristina llegó al acto en Parque Patricios cuando ya habían hablado cuatro oradores y terminaba su discurso el quinto, cuya intervención no estaba en los planes: el gobernador justicialista de Entre Ríos, Sergio Urribarri. El entrerriano no era el único mandatario provincial presente en el escenario. El bonaerense Daniel Scioli, que ostenta la presidencia del PJ, se ubicó en un lugar muy visible. Estuvo todo el tiempo a la izquierda de Cristina, en silencio. En el palco no abundaban los gobernadores justicialistas: sólo estuvieron José Luis Gioja (San Juan) y Luis Beder Herrera (La Rioja). La organización, La Corriente Nacional de la Militancia, no había hecho invitaciones formales.
Antes de Cristina, en una sucesión de discursos cortos, hablaron algunos referentes de La Corriente: Fernando “Chino” Navarro (Movimiento Evita), Edgardo Depetri (Frente Transversal), Francisco “Barba” Gutiérrez (intendente de Quilmes) y el propio Urribarri. También lo hizo Andrés “Cuervo” Larroque, secretario general de La Cámpora. En el palco, decorado con una gigantografía que oponía “Cristina versus corporaciones” se pudo ver al Gabinete en pleno. Entre esas presencias, donde no había un predominio fuerte del PJ, Cristina volvió a dar señales de apertura, de aquella búsqueda frentista que supo definirse como transversalidad.
“Cuando incorporen a otros argentinos no les pregunten de dónde vienen, pregúntenles si creen que la Asignación Universal por Hijo sirve para que millones de chicos tengan acceso a la salud y a la educación”, exhortó la presidenta, y enseguida enumeró una serie de medidas llevadas adelante por el kirchnerismo: el financiamiento a la educación pública, la protección al trabajo y la industria nacional, la integración latinoamericana, la política de Derechos Humanos y el matrimonio igualitario. “Si están de acuerdo con estas cosas, forman parte de nuestro espacio. Lo demás es anécdota y vanidades personales”, subrayó Cristina. La señal a favor de una coalición que supere los límites partidarios estaba en sintonía con las declaraciones del ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien esta semana deslizó que el número dos de la fórmula presidencial podía ser un dirigente ajeno al PJ.
La presidenta empezó el acto con un reconocimiento a su esposo. Recordó que el 11 de marzo de 2010, en otra conmemoración del triunfo de Héctor Cámpora realizada en el estadio de Ferro, el orador de cierre había sido Néstor Kirchner. “Quiero que este acto sea un homenaje al compañero de toda mi vida”, pidió Cristina apenas se acercó al micrófono. La figura del ex presidente sobrevoló el resto del discurso. A medida que hablaba, Cristina parecía emocionarse más. La jefa de Estado incluso mencionó el 11 de marzo de 1973: ella tenía 20 años, la edad que hoy tiene su hija Florencia, que ayer estaba en la tribuna Ringo Bonavena junto a su hermano Máximo y los militantes de La Cámpora.
Cristina habló de la muerte de su esposo. Dijo que Kirchner, en vida, había sido poco reconocido. “Ese 27 de octubre descubrimos cuántas cosas había hecho y lo poco que lo hemos reconocido. Perdónenme, pero tengo que decirlo, se me va a romper el corazón si no lo digo”, se confesó desde el micrófono. La multitud aprovechó el silencio para dedicarle los dos cantitos más fuertes de la tarde: “Néstor no se murió/ Néstor no se murió/ vive en el pueblo/ la puta que lo parió” y “Borom bom bom/ para Cristina/ la reelección”. La presidenta volvió a agradecer las muestras de cariño.
La jefa de Estado también se ocupó de poner a los jóvenes en primer plano. Les pidió que no copien modelos, en lo que pareció una advertencia contra el setentismo nostálgico: “Quiero rescatar la historia pero también quiero una juventud que construya su propia historia. Ustedes son la generación del Bicentenario: les pido que tengan ejemplos, pero que sean ustedes mismos. Cada uno de ustedes, construyendo su propia historia, está construyendo la historia de todos nosotros”, les aconsejó.
Entre las definiciones, Cristina insistió con la tarea que, en su visión, debe asumir el oficialismo para los tiempos que vienen: “El frente nacional popular y democrático debe construir esa institucionalidad, que también es cultural, de saber que puedan contarles a los argentinos lo que hemos hecho en los últimos años. Pero no a partir de relatos de fantasía, sino a través de que puedan ver, tocar y palpar cada uno de los logros que hemos tenido”, subrayó. La convocatoria a construir institucionalidad podría ser, también, el compromiso que reserva para sí misma.

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