Durante ocho años goberné para
todos los Argentinos. Para los que me querían, para los que me respetaban, y
también para los que me agredían e insultaban como nunca se hizo con ningún
presidente en la historia. Sé que ser mujer fue un agravante.
Hoy quiero dirigirme a quienes
saben que en estos doce años y medio construimos derechos como no se había
hecho desde el primer peronismo. A quienes se rompieron el alma militando
porque sintieron y sienten que, por primera vez en mucho tiempo, las utopías
dejaban de ser sólo eso y se transformaban en una vida mejor para todos los
Argentinos. Aún para aquellos que nunca nos quisieron ni nos querrán, hagamos
lo que hagamos.
Quiero también dirigirme a
quienes por primera vez, y en distintos lugares, se incorporaron a la política,
porque los convocó un proyecto donde el amor por la Patria y la solidaridad con
el prójimo son su motor. A quienes hoy siento y sé que están profundamente
dolidos como si alguien les hubiera pegado una trompada en el estómago.
Sí, esta vez quiero dirigirme a
los que son y se sienten parte de este proyecto. A los que lo construyeron, a
los que lo aman, a los que sufren por lo que está pasando. A ellos quiero
decirles que creo que palabras como repudiar, rechazar o condenar, no alcanzan.
Yo quiero saber quiénes son, además del Ing. López (Secretario de Obras
Publicas durante mi gestión), los responsables de lo que pasó.
El dinero que el Ing. López tenía
en su poder, alguien se lo dio. Y no fui yo. Ni ninguno de los miles de
militantes que integran este espacio político. Que nadie se haga el distraído.
Ni empresarios, ni jueces, ni periodistas, ni dirigentes. Cuando alguien recibe
dinero en la función pública es porque otro se lo dio desde la parte privada.
Esa es una de las matrices estructurales de la corrupción a lo largo y a lo
ancho de nuestra historia y de la universal.
La otra, infinitamente más
profunda aún, y sus efectos más terribles: la aplicación de planes políticos y
económicos que enajenan el patrimonio nacional, endeudan el país y someten a la
miseria a millones de Argentinos. De esa matriz dan cuenta también,
desgraciadamente, pasado y presente de nuestra historia y de otros pueblos del
mundo.
Tal vez, hechos grotescos y
escandalosos como el que hoy nos ocupa, sirvan para ocultar durante un tiempo,
el plan político y económico que esta causando estragos en la mayoría de los
sectores sociales y económicos de nuestro país y que ayer, tuviera un nuevo
capitulo legislativo.
La política, no el kirchnerismo.
La democracia, no el peronismo, necesitan que esta vez, todo no se termine solo
en la condena de un funcionario.
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