viernes, 30 de julio de 2010

La crísis como oportunidad


...y el verde le pegó una ojeada al librito de la Naomi Klein, ese de la nosecuanto del shock -haceme shock diría la diva-
y por supuesto no entendí un pepino, pero me voy a arriesgar con una breve reflexión.
La cosa va mas o menos así: suponemos que hay un desastre, natural, causado o mixto, ese desastre provoca en la gente una suerte de estado de shock, en el que quedan imposibilitados de defenderse o incluso de reaccionar de cualquier forma, el futuro deja de mostrarse, se transforma en una tiniebla inescrutable para el común de las personas, las redes y comunidades quedan rotas, nadie sabe que va a pasar, y entonces llegan, o mejor dicho persisten, los eternos filósofos del management, boquean sus boludeces extraídas de sus religiosidades New Age, sobre aquello de "ver en la crisis una oportunidad", le proponen a una sociedad alelada un veloz "borrón y cuenta nueva" y la población, inmovilizada, no acepta, pero tampoco rechaza, de allí en adelante, todo lo que haya quedado se termina de demoler y sobre un territorio ya sin ruinas ni historia, eureka, oportunidades por montón...


¿Es una hijaputez? Puede ser, pero para todos los fines es como vive y piensa nuestra época, y los que pensamos distinto (aunque seamos millones) somos el anacronismo con peluca.
En lo personal, quisiera decir algo sobre la ultima "crisis" que recuerdo, muchos estarán de acuerdo, que momento critico fue esa noche de aquel 28 de junio, en la que en tantas casas nos fuimos a dormir temprano, y quedaron tantas botellas de tinto sin tomar, y tantas empanadas mordisqueadas y por la mitad, mostrando como puede lastimarnos en lo físico un dolor que ya, mas que político, fuera "del alma".
Y entonces, mientras muchos no podíamos salir de la sensación de frustración, mientras otros paseaban impostados entusiasmos, en algunos sectores, en algunas bocas, se empezó a escuchar aquello del "Post-kirchnerismo" ...
Que si nos vamos con Pino, que si Sabatella, que Libres del Sur esto o aquello.
Como si fuera un virus, el murmullo empezó a armarse en discursito, un discursito tan parecido a esto de "transformar la crisis en oportunidad", que a rey muerto rey puesto...
Yo en lo personal, y espero estar muy lejos de ser el único, dificilmente pueda ver en una crisis algo positivo, será que desde que nací y hasta ese maravilloso 2003 viví siempre de crisis en crisis y nunca me choque con una oportunidad ni por puta casualidad.
Digamoslo claro, me recago en la crisis, no me gusta, la quiero lejos. Pero a veces la crisis llega, como aquel 28 de junio, y los días posteriores, en los que tantos querían terminar de demoler todo y empezar de nuevo, y en los que tantos otros dificilmente sabíamos que hacer o que pensar, y en el que tantos otros nos mostraron la llave de la crisis: -no demolemos nada, lo que tenemos es nuestro, será nuestra historia, será el recuerdo del fracaso uno de los mas mimados en la memoria, y reconstruiremos, y seguimos de donde nos quedamos, en una sola y grande obra.
Así lo formulo y lo llevo a la practica nuestra conducción política, esa fue la fórmula del Nestor, diametralmente opuesta al modelito de la escuela de Chicago, ¿perdimos? doble o nada...
Y por allí también discurre el gran problema de Mauricio, del Pro.
Ellos viven medran, respiran comen y beben con esta lógica, saben bien que la crisis será vista como oportunidad, y los mas patético es que están de acuerdo, de eso viven.
Sufren pensando en las topadoras pasando por sus despachos, por sus prestigios, por su historia, y frente a esto no tienen ninguna forma de oponerse, saben que su crisis será la oportunidad de otros, y que esa oportunidad los condenará hasta el fin de los tiempos a la tiniebla del no ser, incluso del nunca haber sido.
Y la única formula que en su visión de mundo tiene condiciones de posibilidad, para salir del atolladero, es creer sentir y gritar firmemente que la crisis no existe.
Que el sol desaparece mágicamente detrás del dedo de Duran Barba...


Fernando Luis

jueves, 29 de julio de 2010

Rito de paso.


Era un ritual, nunca fue pensado como una prueba, el rito de paso era solo un ritual, una prueba pensada para no ser fallada por nadie.
Abuelo había entrado y luchado a mano limpia con un pequeño cuadrúpedo parecido a un conejo, papa lo había echo con una diminuta tortuga, por los siglos de los siglos el ritual para hacerse hombre fue en esta comunidad enfrentarse dentro de la choza del ritual con algún pequeño animalejo, ningún candidato mediana mente sano la había fallado.
Nada hacia suponer que el primogénito del líder y mas poderoso guerrero de la comunidad fallaría en su paso a la adultez.
Pero...
Fallaste, eres un maldito, un intocable, un paria; ya nunca serás hijo de tu padre, cualquier recuerdo que te mente sera una bocanada de vergüenza...


Triunfar en los "negocios", terminar los estudios, tener un empleo, tal vez un hijo, comprar un auto o una casa, dejar la falopa, salir del closet, escribir un libro o cruzar el Rió de la Plata nadando con las orejas; cada "tribu" tiene su rito de paso, aquello que se DEBE HACER, el momento liminar, el escalón ultimo a una nueva vida.


En la tribu en la que a Mauricio le toco en suerte nacer algunas de las cosas que para el común de los mortales hubieran sido logros eran a penas el piso del que partiría este infante, solo nacer fue semejante a triunfar en los negocios, sus mentores y maestros fueron siempre sus subordinados, la universidad se abría para el, los autos y las casas se apiñaron de inmediato junto a su partida de nacimiento, tener hijos le implicó siempre un costo casi desdeñable, tener empleo siempre fue tener empleados. En esta tribu tan especial, donde casi todos los logros que nos llegan con la adultez son apenas el presupuesto de un infante; ¿como se logra un rito de paso mas o menos interesante?


Y entonces ahí, esta la política, una fiera de múltiples cabezas, dispuesta a devorar a quien no este a la altura del desafió, sedienta de prestigios, intenciones, voluntades y dinero, el rito de paso esta claro, deberás vencer a la fiera a la vista de toda la aldea.
Mauricio se apronta tranquilo, la fiera es la mas gorda, casi invalida, los guerreros al mando de su clan la drogaron y la apalearon hasta casi la agonía, la fiera no se tiene en pie, solo sufre echada sobre el lomo, esperando el puñal sediento que sostiene Mauricio, sediento de su sangre, sediento de Ser...
Nada hacia suponer que el primogénito del líder y mas poderoso guerrero de la comunidad fallaría en su paso a la adultez.
Pero...
Fallaste, eres un maldito, un intocable, un paria; ya nunca serás hijo de tu padre, cualquier recuerdo que te mente sera una bocanada de vergüenza...


Fernando Luis.
La Peñaloza en Buenos Aires

miércoles, 28 de julio de 2010

Si Evita viviera seria....


Si Evita viviera seria viejita.
¿Que es Evita?
En principio lo mas evidente es que Evita no es una persona, lo fue alguna vez pero para suerte o para desgracia dejó de serlo.
Hace 58 años que la industria que mejor medra en nuestro pais es la de fabricar Evita.
Desde grande discurseadores hasta infimos balbuseadores, buenos malos diestros o siniestros todos hemos dedicado alguna parte de nuestra vida a fabricarnos una Evita a la medida, y ruego aquí que nadie encuentre sorna en este comentario, ya que, de que version de Evita construimos o elegimos, depende en gran medida el argentino que somos (aqui y en cualquier parte de mundo)
Y por supuesto, no solo en lo individual, sino sobre todo en lo colectivo es donde mas complejas e interesantes se ponen las Evitas asi creadas.
Pero no solo en el fuero intimo o en el colectivo se crean Evitas, y es a estas creaciones a las que quisiera referirme, a la Evita boluda de la derecha y a la Evita gorila de la izquierda.
Por diversos motivos y en diversas coyunturas históricas, los aparatos de propaganda (Formales o no) de la distintas tendencias políticas, que para sus fines lo necesitaron, se lanzaron a tuniar sus propias Evitas a medida.
Enumeraremos 2 modelos bastante parecidos, que curiosamente fueron hechos para cubrir necesidades de sectores ideológicos que se suponen en las antípodas.


La Evita boluda.
En el recarajo de cualquier cosa remotamente original, nacional o popular existe un sector politico que entiende al peronismo con una suerte de franquismo trunco que podria realizarse fecundado por un buen polvo libremercadista a la Reagan, que se siente heredero de Perón, Primo de Rivera y Milton Friedman, de existencia real en nuestro pais y que, como todo ente que participa del ser en la argentina, tiene su propia Evita. Una Evita boluda, santita, sonrisita, rodetito, estampita, espiguita de trigo...
Dentro de un logica en la que "el pueblo" es mas o menos bobo, que hay que darle la comida masticada, que le importa mucho mas Ricky Fort que la politica economica, por que total pobres hubo siempre, y no labura el que no quiere, y si repartimos frazadas en la estación somos como Evita, y da lo mismo la Fundacion Eva Peron que Caritas, por que total la cosa es darle algo a los que están cagados de hambre para que cuando haya una necesidad exista el insoslayable derecho a hacer caridad con las sobras.
Esta es la evita boluda de la derecha, un producto comparable al Potro Rodrigo, a Lady Di, y por que no a Einstein o Mahatma Ghandi, una foto linda aseptica y querible que los escualidos intelectos de la clase baja puedan tragar tibiecito, recien regurgitado.


La evita gorila.
En las antipodas de lo anterior, o mas correctamente dicho, "En el recarajo de cualquier cosa remotamente nacional y popular" está nuestra, nunca bien ponderada, izquierda. Solidamente afincados en sus aulas universitarias y en sus puestos de la feria jipi, estos herederos de las refulgentes luces del socialismo cientifico, no pueden
-ni pudieron nunca a pesar del inexorable paso de los ultimos sesentaipico años- entender el incontenible ascendente de este "Bonapartismo" en los sectores sociales que, de esa forma, omiten su llamamiento historico de ponerse a la cabeza de LA REVOLUCION SOCIALISTA. Entonces, para tratar de llegar a este publico -si, publico- se construyeron un relato en el que habria dos peronismos antagonicos, el de Perón (un franquismo trunco) y el de Evita, suerte de premarxismo intuitivo a la argentina, donde Evita jugaria el rol de una Pasionaria, o una Rosa Luxemburgo, pero campesina e ignorante, que no pudo salirse de la triste jaula a la que la relegó el tirano. "...una foto linda aseptica y querible que los escualidos intelectos de la clase baja puedan tragar tibiecita, recien regurgitada."

Por ahi, en ese tormentoso mar de Evitas individuales, colectivas, emotivas, prefabricadas, necesarias, corporativas, marxistas, sionistas, catolicas, agnosticas, conservadoras, extrañadas, lloradas, aplaudidas, liberales, librepensadoras, proteccionistas, librecambistas, xeneises, feministas, autogestivas...
En ese infinito oceano de Evitas, seguro habrá -por lo menos algunas- Peronistas.
En ese infinito oceano de Evitas esta la mia, plantada delante del Pocho, como la flamigera efigie de la Gorgona en la egida de Atenea, dispuesta a dar la vida (como la dio) para que la obra del General no quedara mocha. Mjolnir peroncho, avido de la monstruosa cabeza de la Jörmundgander oligarquica, nuevo Prometeo, dador de humanidad a un pueblo dispuesto a conseguirla, sagaz Eris del gorilismo.
Así es mi Evita, pintada de los colores de los heroes de mi infancia, pero siempre junto a Perón, no madre del peronismo, sino su primera hija, sabedora de la responsabilidad de su primogenitura, y nunca reclamando mas que el lugar de Compañera.
Y ahi anda la cosa, 60.000 evitas fueron homenajeadas ayer, o solo una, la compañera...

Fernando Luis.
La Peñaloza en Buenos Aires

martes, 27 de julio de 2010

El Ahogado



Desde muy chicos nos fuimos criando con la fantasía (entre otras) de que las fechas relacionadas con Evita atraían módicas buenas fortunas, hacían saltar bancas e inspiraban las dulces voces de cuanto niño cantor desfilo por la lotería, dato este, que a pesar de los insistentes esfuerzos de nuestros sabios jamas fue confirmado por la ciencia, y por desgracia no sera este el ámbito en el que se elucide esta añosa incógnita; lo que si podemos atestiguar son apenas un par de cosas -mas bien tres-:
1- El 58 -ayer- no salio (ni en la nacional ni en provincia)
2- El numero verdadero de la noche fue mas largo que 60.000
3- ¿Ahogados...? No estamos ahogados.
Para los "sub 35" no han sido muchas (casi ninguna) las posibilidades, de participar de un masivo y nocturno homenaje, (ni a Evita ni a nadie)...
Como tampoco nos ha sido muy común ver portando la mismas antorchas a las barriadas de la Evita junto con la juventud sindical, son esas algunas de las postales que nos deja el emocionante acto de anoche, y un claro norte, gritado desde el escenario por el compañero Nestor: "Vamos a la argentina del 50 y 50..."


La Peñaloza en Buenos Aires.

miércoles, 21 de julio de 2010

EL INTERCAMBIO (o de cómo tomar el ejemplo de los grandes hombres)


(un cuento de Roberto Martínez)

La pava rezongaba en el improvisado fogón.
Una brisa cálida del norte se colaba entre el tejido espinoso de los talas y alborotaba el guadal, donde la caballada sombreaba a reparo del sol de la tarde.
El viejo se pasó una mano por la mejilla, lentamente, de abajo hacia arriba, alejando algún fantasma.
Tomó la pava y llenó el mate que fue estirando su espuma hasta el borde. El pelo rubio y cano enmarcaba una cara cobriza donde el profundo azul de los ojos contrastaba con la vincha y el resto de la figura.
- ¡Jue pucha carajo! – exclamó mientras escupía el contenido del mate. Sacudió la cabeza buscamente y se paró.
- ¡Baigorria! -
Baigorria saltó del horcón donde se había reclinado, se acomodó primero el sable, luego la gorra y salió corriendo, cuando estuvo a un par de pasos se cuadró erguido y sacando pecho.
- ¡Ordene mi general! –
El viejo lo miró de arriba abajo.
- Ta güeno Baigorria… sentate acá – y le señaló un pequeño catre que estaba a su lado
– estuve pensando sabí… toda la noche… -
Baigorria, una vez que estuvo sentado se sacó la gorra y se pasó la mano por el pelo renegrido y largo que se perdía en el cuello de su raída garibaldina.
- Usté dirá mi general… - atinó a decir.
- Tuita´ta gente que tenemos acá vió… -
- ¿Los prisioneros? ¡Son enemigos mi general! – se apresuró Baigorria, luego, bajando la voz agregó – la tropa no está muy… que sigamos con ellos…-


Venía a galope tendido, levantando a su paso una gran polvareda. Desde que alguien le avisó no dudó ni un segundo, llevaba dos horas largas de galope, y el colorado bufaba y bufaba sin aflojar. Pensaba en su tropa diezmada en Anisacate, pero esto era más fuerte para él.
Llegando al rancho se descolgó del colorado y corrió entre las gentes que al verlo se iban abriendo entre admiración, respeto y dolor.
Su mujer le salió al encuentro…
- ¡Vicente! ¡Se nos fue la Facunda, Vicente! – su gritó desgarrado estremeció los llanos.
Mientras lloraba se tomaba los renegridos cabellos y se tapaba con ellos la cara cubierta de lágrimas, transida de dolor.
El tomó a su mujer y la apretó con tanta fuerza como el dolor mismo, ambos estallaron en un largo llanto que conmocionó a los presentes – ¡ella también no!, ¡ella también no! – exclamaban una y mil veces…

Una gota de sudor recorrió su cara. Apartó el mate y lo miró fijamente.
- Mire – dijo y se alisó la blanquecina barba mientras continuaba – estuve pensando en su tata…-
Baigorria lo miró extrañado, llevó una mano a las sienes y bajó los ojos.
- El tata´ta muerto mi general…-
- Lo se hombre, lo se pué… como murió? –
El viento norte parecía aflojar de a ratos y las primeras sombras del atardecer traían aroma a brea.
- Los gachupinos… -
- ¿Y vos…que habería priferido …? que ti lo trajeran muerto … o que ti lo trajeran vivo…?
Baigorria se paró… dio dos o tres pasos y volvió.
- Yo era muy chico mi general… ¡un niño! -
- ¡No ti prigunté eso carajo! – la voz del general perdió por un momento su proverbial calma – ¡ti´stoy priguntando que habería querido! – el recluta que llevaba agua a la caballada se dio vuelta… el general respiró profundo y bajó la voz - que te habería gustao Baigorria… crecer güacho o crecer con él…-
Baigorria se sentó y perdió la mirada en el suelo.


El cortejo bajaba lentamente llevando el pequeño cofre. A su paso los hombres se retiraban el sombrero y se persignaban en silencio mientras las mujeres arrojaban flores silvestres. Los niños se escondían tras de las polleras de sus madres temerosos de ese dolor que no entendían.
El cura rezó una breve oración y dos comedidos bajaron el cajón hacia la fosa recién abierta.
Mujeres y hombres desfilaron arrojando puñados de tierra y de flores.
Luego y de a poco todos se fueron retirando en silencio.
Un crespín se oyó lejano y solitario desde el llano.
Vicente y su mujer permanecieron mucho tiempo arrodillados frente a la tumba cubierta de flores.
El, parándose ayudó a su mujer tomándola de ambos brazos, luego le acomodó la renegrida cabellera y le secó las lágrimas de las mejillas.
Su voz apenas fue un susurro
- Cuanto dolor mi negra… cuanta muerte…-


Baigorría hablaba con los oficiales bien montados en caballos con arneses relucientes.
El general, a una media legua y rodeado de los suyos, los observaba sin perder detalle. Las capas de los oficiales flameaban con el viento llanista.
Baigorria hizo la venia y regresó al galope donde su jefe.
El general se aparto una mecha rebelde de la frente.
- ¡Baigorria! ¡¿Qué dice esta gente?! -
- Qué están listos pa´recibir sus hombres… -
El general se acercó a Baigorria y bajó la voz
- Y quien es el mozalbete ese que los acompaña? -
- Un escriba… un tal Hernández - el general lo seguía mirando, agregó – de esos que escriben pasquines -
Hizo caracolear su caballo y al trote se acercó a los hombres que en número de casi doscientos aguardaban tras de su tropa.
¡Van a ser libres!... – un murmullo comenzó a crecer entre los jinetes, el general levantó su mano – pero antes… quiero que digan como los´i´tratado… -
El grito de los hombres se mezcló con el viento.
- ¡Viva el General Peñaloza! -
- Ahora vayan… son libres… -
Una polvareda acompañó el galope de quienes dando gritos cruzaron y se ubicaron tras del grupo de oficiales que los aguardaba.
El general se acercó al trote hacia estos.
- ¡¿Y dónde están mis hombres?! -
Los oficiales se miraron en silencio. El viento de los llanos hirió los oídos.
- ¡¿Dónde están mis hombres carajo?! -
El más jóven de los oficiales, con la cabeza gacha se retiró hacia un costado.
- ¡Ahí juna´gran puta! ¡¿entonces es cierto?!, ¡me los han pasao a degüello! -
Los oficiales comenzaron a retroceder y retirarse.
- ¡Asesinos! ¡han manchao con sangre sus manos y el uniforme que llevan! -
Con los ojos llenos de lágrimas miró en derredor y se acercó al único que había quedado en el lugar.
- ¡¿Usté es Hernández?! – el joven asintió – ¡vaya y escriba lo que a visto …! -


El campamento era todo silencio y la noche comenzaba sus ritos de cantos y silbos. Se bajó del caballo y caminó hasta su catre. Se sentó desganado.
Baigorria acercándose le ofreció un mate.
- ¿Mi general…? –
El general tomó el mate entre sus manos y lo miró, vio esas manos grandes y callosas, el rostro curtido de tiempos y de soles, surcado por el dolor.
- Diga Baigorria… diga nomás…
- Sabe mi general… me hubiera gustao crecer con el tata… -