Celebración de los 400 años de la Universidad Nacional
de Córdoba
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN CRISTINA
FERNÁNDEZ CON MOTIVO DE LA
CELEBRACIÓN DE LOS 400 AÑOS DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL
DE CÓRDOBA, DESDE DICHA PROVINCIA.
Gracias, muchas gracias, muy
buenas tardes a todos y a todas; señor rector de la Universidad Nacional
de Córdoba (UNC); señora vicegobernador de la provincia de Córdoba; señor
intendente de la Ciudad
de Córdoba; señores rectores; rectoras de las distintas universidades
argentinas; ex rectores y ex rectoras de esta querida UNC; gracias Carolina por
acompañarnos y a toda Córdoba, hola Córdoba, cómo están: la verdad que tengo
que empezar agradeciendo, darles las gracias de poder participar en este hecho
histórico.
Miren, cuando yo tenía la edad de
ustedes, cuando era una estudiante universitaria, allá en la Universidad Nacional
de La Plata ,
que no tiene 400 años, pero ya tiene más de 100, es la tercera universidad más
antigua del país, después de Córdoba, UBA, La Plata , les puedo asegurar que siendo estudiante
de esa universidad, donde conocí a mi compañero de toda la vida, mi compañero
de vida y de militancia, la verdad que nunca soñé que iba a participar – como
Presidenta de la Nación
argentina –en la conmemoración de los 400 años de esta querida Universidad
Nacional de Córdoba, señera en Latinoamérica.
Son muchas las cosas que podemos
hablar, recién lo veíamos en el video, de esta década ganada para todos los
argentinos, y cuando digo todos no podían estar ausente – por supuesto – los
universitarios. Fíjense que en todas las épocas de clausura democrática o de
exclusión social, aún en etapas donde los argentinos podíamos votar, ustedes –
los universitarios, como los trabajadores, como los científicos, como los
intelectuales – tampoco eran tenidos en cuenta.
Por eso es bueno reflexionar y
saber que ser universitario más que un privilegio es un deber de compromiso con
el pueblo, con aquellos que tal vez nunca podrán acceder a la universidad y
nosotros, muchos de nosotros, hijos de trabajadores, que tuvimos la suerte de acceder
gracias a la universidad pública y gratuita a los estudios superiores tenemos
que tener un compromiso superior al de cualquier otro ciudadano para devolver
parte de lo que la Nación
y la Patria
nos dieron. (APLAUSOS).
Por eso, desde el año 2003, pusimos
especial énfasis en la educación en todos sus niveles. Lo recuerdo el día 27 de
mayo partiendo para Entre Ríos, con el ministro de Educación, de entonces, para
levantar la huelga docente de meses, porque los docentes no cobraban sus
salarios y luego dedicarnos con énfasis no solamente a recuperar el sistema
universitario, a mejorar su presupuesto, a lograr una infraestructura, como la
que recién veíamos en el video, sino también a volver a dignificar a todo el
sector, que yo considero uno de los pilares fundamentales en la reconstrucción
de la capacidad de una Nación, donde el conocimiento y el saber deben ocupar,
sí, un lugar de mucha importancia.
Y tal vez como en pocos lugares
se pueda ejemplificar la historia, nuestra historia argentina, como en esta
Universidad Nacional de Córdoba y en estos 400 años de historia. Historia que
empezó casi como un privilegio, historia que empezó en una universidad fundada
desde lo religioso, en una universidad que allá por 1613, contaba con 50
alumnos, y que hoy cuenta con más de 120.000, lo que la ha convertido en una
verdadera universidad masiva. (APLAUSOS).
También recordar, en un día como
hoy, en un día muy especial, lo qué significó la reforma del 18, lo qué
significaron esos jóvenes – y permítanme, sin excluir a ningún sector –
recordar a esos jóvenes, como Deodoro Roca, que hiciera ese magnífico
manifiesto.
Yo quiero leer una parte, sobre
todo porque no vivimos en un globo de cristal, vivimos en una sociedad con
demandas, en una sociedad que ha incorporado derechos, que demanda cada día
mayores libertades y mayores reformas, mayor incorporación y mayor inclusión,
más gente que vote. ¿Cómo nació esa reforma del 18? Para crear la libertad de
cátedra, porque las cátedras eran hereditarias. Parece mentira, pero se
heredaban las cátedras, eran eternos y además cuando se morían lo heredaba
alguien. No podían elegir tampoco los estudiantes, nació como un reclamo de poder
participar en el gobierno de la universidad por parte de miles de jóvenes, que
comenzó aquí, y también se extendió a lo largo y a lo ancho del país. Nación
también en el barrio de Clínicas, como el Cordobazo, y nada es casualidad.
(APLAUSOS). También se extendió a la Universidad Nacional
de La Plata ;
jóvenes como Deodoro Roca, de 28 años, algunos que por ahí escucho que andan
enojados con los jóvenes, no digo que todos los cambios los hayan hecho los
jóvenes, pero no conozco ningún cambio donde no estén todos los jóvenes.
(APLAUSOS). Esto es la ley de la vida, es la ley de la biología. Así que no se
enojen con los jóvenes, al contrario, yo tengo 60 años y cuando estoy rodeada
de pibes me siento de 15 otra vez. (APLAUSOS). Así que gracias, gracias.
Quiero leerles lo que decía
Deodoro Roca, de apenas 28 años…Gracias, ¡Cristina corazón! Y vos, ¿cómo te
llamás, linda? Vos sos el corazón de la Patria que viene. Decía Deodoro Roca, en ese
manifiesto: “hombres de una república libre, acabamos de romper la última
cadena, que en pleno siglo XX nos ataba a la antigua dominación monárquica y
monástica”. Monárquica, aristocrática, de pocos (eso lo digo yo, no lo dijo
Deodoro). “Hemos resuelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen
(…)”, que maravilla…”hemos resuelto llamar a las cosas por el nombre que
tienen”, pobre Deodoro cómo no iba a tener problemas, cada vez que llamás a las
cosas por su nombre siempre tenés problemas. (APLAUSOS). “Córdoba – seguía
diciendo Deodoro - se redime, desde hoy
contamos para el país una vergüenza menos y una libertad más (…)” que
maravilla, porque cuando tenés menos libertad tenés que tener más vergüenza,
por lo menos debieran tenerla los que nos quieren recortar a los argentinos
algunas libertades. (APLAUSOS). “Los dolores que quedan son las libertades que
faltan”… nos quedan todavía dolores. Ayer, nos dieron algún dolor, pero nos
vamos a curar porque tenemos muchos remedios, buenos farmacéuticos, inyecciones
y antibióticos también. (APLAUSOS).
Los dolores que quedan, son las
libertades que faltan. Creemos no equivocarnos, la resonancia del corazón nos
lo advierten.
Estamos pisando sobre una
revolución, estamos viviendo una hora americana. La única puerta que nos queda
abierta, la esperanza es el destino heroico de la juventud.
La juventud ya lo pide, exige que
se le reconozca el derecho de exteriorizar ese pensamiento propio y los cuerpos
universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los
tiranos; si ha sido capaz de realizar la revolución de las conciencias, no
puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia
casa.
Esto pasaba aquí, donde hoy
estamos parados en 1918. La libertad de cátedra, la participación en el
gobierno de la universidad.
Después vino la lucha de la gratuidad
que consagró el peronismo también allá por 1949 y que consagramos los
constituyentes también en aquella Universidad de Santa Fe, aquí en frente, en la Constitución del 94.
Y las luchas que se han llevado en este país.
Por eso digo que aquellos que
pretenden parar reformas, que aquellos que no quieren dejar votar al pueblo
para que intervengan la soberanía popular, la voluntad popular que es la causa
fundamental. Porque estos jóvenes que hicieron la reforma universitaria y que
después también derribaron tiranos en el Cordobazo, cuando obreros y
estudiantes juntos combatieron a los tiranos, son la fuerza de la historia y la
historia es indetenible.
Aquellos que creen que pueden, a
través de alguna resolución impedir el crecimiento y el avance de la democracia,
sepan que solo lo podrán hacer por un tiempo, porque nunca ninguna sociedad
toleró ni aceptó durante mucho tiempo que se le impida ejercer sus derechos de
elegir a los órganos políticos que marca la Constitución Nacional.
Por eso, cuando ayer alguien me
decía que estaba triste, yo le dije “dejá la tristeza para mirar una telenovela
o una película; nosotros los militantes nunca tenemos que estar tristes”. Los
militantes tenemos que estar alegres y preparados para la próxima batalla,
porque la única batalla que se pierde, es la que no se da. Y vamos a seguir
dando todas y cada una de las batallas que hemos dado en esta democracia en
estos 10 años.
Yo me pregunto –y esto atraviesa
la historia de todos los partidos políticos- ¿cuánto le costó a Leandro N.
Alem, a Hipólito Yrigoyen lograr la Ley Sáenz Peña para el sufragio universal?
¿Cuánto tiempo estuvieron las mujeres sufragistas y después Evita para lograr
el voto femenino? ¿Cuánto esperaron hombres y mujeres para poder tener sus
plenos derechos como el resto de los argentinos cuando votamos el matrimonio
igualitario? ¿Cuánto tiempo también -y se los digo como testigo de época-
estuvimos los argentinos sin votar y finalmente tuvimos una democracia plena?
¿Y cuánto –de aquí diviso varios pañuelos blancos de HIJOS- tiempo hijos de
detenidos desaparecidos, Madres, Abuelas, Nietos esperaron por justicia? Más de
35 años. La Historia
no reconoce los años, reconoce los resultados y los logros.
Por eso, más temprano que tarde,
los argentinos van a poder votar democráticamente a todos los órganos políticos
de la Constitución
argentina.
Yo les digo que tal vez, haya
pocos mejores lugares donde dar estos debates que aquí en estos ámbitos. En
estos ámbitos que se han caracterizado por la libertad de pensamiento; en estos
ámbitos donde todo se discute porque todo está sometido a discusión. Aquí, en la Universidad , en donde
nos preparamos como cuadros de la
Nación para darle a su compatriota los mejores servicios, no
solamente desde los técnico o de lo científico, los mejores servicios también
creando una sociedad más democrática, más abierta, sin claustros cerrados,
donde no se conocen las caras, donde no se conocen los nombres, donde también
solamente se ingresa porque se es amigo de uno o de otro.
Esto también formó parte de la
discusión del 18 dentro de la universidad. Y esto también debe formar parte del
conjunto de la sociedad hoy cuando lo discutimos.
Y yo quiero decirle a esta
Córdoba maravillosa, a esta Córdoba que supo generar dirigentes de las tallas
de Agustín Tosco, de Atilio López, dirigentes como Sabatini, esta Córdoba que
todos los argentinos la conocíamos como “la Docta ”, porque era principalmente un lugar de
conocimiento, un lugar de cultura, de generación de ideas, de pensamientos y de
corrientes.
Esto es lo que tiene que volver a
ser Córdoba. Yo sueño con esa Córdoba, yo vengo de una ciudad también como La Plata , la ciudad
universitaria.
Yo quiero volver a recuperar para
mi país, para Córdoba, para mi ciudad ese lugar de honor que teníamos donde
generábamos usinas de científicos, de intelectuales, de conocimiento donde nos
sentíamos orgullosos de pertenecer y de ser la identidad, el orgullo, pero no
el orgullo de lo material, no el orgullo del que más tiene, sino del que más
aprende, del que más ayuda, del que más sabe, del que más conoce, del que más
puede generar para el otro.
Esos fueron los hombres que
marcaron la historia y yo quiero que Córdoba vuelva a marcar el paso de la
historia como lo hizo también cuando era muy joven.
Porque saben qué pasa: los años
que pasaron, esa dictadura terrible del 76, luego lo que sucedió con
democracias acotadas, con amenazas, con la impotencia, no importa si porque no
podés, porque no sabés o porque no querés, no importa, no quiero convertirme en
fiscal. Simplemente por entender el proceso histórico para saber por qué
pudieron convencernos que el Estado no servía para nada. Qué fue lo que pasó,
que pudieron convencernos que los argentinos no valíamos nada; qué pasó que
pudieron decirles a industriales argentinos que era mejor ir a producir a
Brasil que producir en la
Argentina y lo decían funcionarios de nuestros propios
gobiernos y me hago cargo de lo que digo, como siempre me he hecho cargo de
todo. Qué fue lo que nos pasó.
No hay que acusar a nadie;
simplemente no es que…
Miren, los que descalifican,
agravian es porque no tienen nada que contar de sí mismos. Nosotros tenemos
tantas cosas para contar de nuestro Gobierno, de nuestras políticas.
Yo no vengo a agraviar ni a
criticar a nadie, para nada, al contrario. Yo solo quiero que Córdoba vuelva a
ser lo que alguna fue, como también quiero que mi país, la República Argentina ,
vuelva a ser lo que alguna fue.
Estamos poniendo todo, todo lo
que tenemos y más también; a algunos se le fue la vida de tanto poner.
Pero yo les quiero decir a todos
que fortalecer, cuando hoy venimos aquí a firmar convenios, cuando venimos a
entregar fondos para comenzar las obras del hospital de Clínicas, cuando el
ministerio de Salud también –que la locutora se olvidó de decirlo pero yo no-
está dando aparatos para el hospital de Clínicas por valor casi de 10 millones
de pesos, axiógrafo, tomógrafo y algunas cosas más.
Cuando estamos fortaleciendo
también el sistema de comunicación audiovisual modelo que tiene la Universidad Nacional
de Córdoba, felicitaciones a sus radios, a sus canales de televisión, a su
señal abierta las 24 horas, que disputa con los monopolios la libertad y la
diversidad.
¡Viva esa Universidad que quiere
generar la diversidad!
Venimos a ayudarlos también para
enriquecer, para crear más contenidos audiovisuales, esta creatividad
maravillosa del pueblo argentino y la tan particular también de todos los
cordobeses y de todas las cordobesas.
Quiero, finalmente, en este día
tan particular, que la
Historia pone, porque digo…Yo leía la historia recién: esta
Universidad fue fundada por los jesuitas; en 1767, el señor Carlos III, Rey de
España los expulsó y fijate lo que son las cosas: hoy tenemos un jesuita
argentino de Papa que se llama Francisco, que fueron los franciscanos los que
vinieron después.
Viste cómo es la Historia , la Historia es redonda, el
mundo es redonda y en la
Argentina es más redonda todavía que en ninguna parte.
Ustedes se preguntarán pero vamos
a tener que esperar tanto para lograr las reformas. Mirá que pasaron como tres
siglos.
No, no se preocupen, en aquella
época no había Internet; hoy ya tenemos Internet y podemos comunicarnos mucho
más rápido y las reformas vienen indetenibles. Porque indetenible es la
voluntad popular; porque indetenible es la voluntad de participar; porque
indetenible es la voluntad de decidir del pueblo argentino; porque indetenible
es la historia, lo demuestran los 400 años de esta maravillosa Universidad y lo
demuestra también la resistencia increíble del pueblo argentino ante tanta
plaga, ante tanto sometimiento, ante tanta cosa.
Estamos aquí de pie, con los
jóvenes al frente como vanguardia y los viejos atrás empujando como
corresponde, como es la historia y como debe ser.
¡Viva Córdoba! ¡Feliz cumpleaños
Universidad Nacional de Córdoba! ¡Vamos provincia de Córdoba para adelante
junto al proyecto nacional, este proyecto que le ha cambiado la vida a los
argentinos, que ha vuelto a abrir las fábricas de automotores que estaban
cerradas, que ha vuelto las fábricas de autopartes y de metalmecánica, que ha
generado un crecimiento en la producción como nunca se había visto!
¡Fuerza y adelante porque juntos
los argentinos bien unidos somos invencibles porque somos parte de la historia
misma del país!
Gracias y hasta siempre, los
quiero mucho. (APLAUSOS)
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