Otro 17 de octubre.
17 de Octubre y suman 67 los que
nos separan de aquel de 1945. Año a año, y de acuerdo a la coyuntura política,
esta fecha -tan cara a la gran mayoría de nuestro pueblo- adquiere, fue adquiriendo, distintas características.
Fue así como durante los primeros
años del peronismo en el gobierno, este día era para celebrar el momento de
unión entre nuestro pueblo y su líder.
Después del golpe del 55 se
convirtió en el día de los resistentes, de los luchadores, los perseguidos, los
proscriptos.
Los 17 de octubre de aquella
década del 70 fueron los de los encuentros, encuentros entre los que venían y
los que se sumaban, encuentro entre la nostalgia que resiste y la esperanza que
transforma; pero también los de las disputas, los de diferencias
irreconciliables.
En los 80s y los 90s fueron los
de las derrotas de afuera y de las -inenarrablemente mas dolorosas- derrotas de
adentro, los de la vergüenza, los días del vaciamiento conceptual y de la
adoración de escudos sumavotos; alto el volumen a la marchita, pero sin
combatir al capital.
El declinar de ese peronismo nos devolvió
allá por 2003 la oportunidad de comenzar a recuperar al movimiento, el
Kirchnerismo nos abrió la puerta para esa recuperación de lo conceptual y lo simbólico;
o para ser más honesto con lo que pienso, desde el peronismo se empieza a
recuperar al peronismo. En esa línea el 17 de octubre y su significación se
posiciona como una de las piezas clave de esta batalla, en el terreno de lo
simbólico, el 17 es el día de la
Lealtad , ya no solo de la lealtad a Perón, sino también de la
lealtad del movimiento con su pueblo, como desde hace más de medio siglo viene
siéndolo, y si algo ha sido siempre necesario en esto de construir patria, es justamente
la lealtad.
La cuestión es como juega este
concepto en una realidad política que –como todas- junta en el mismo barco a:
Leales a sí mismos, a los aplausos,
a los cargos, al bolsillo.
leales al que manda porque manda,
y el que manda, manda…
… y los leales a una idea; la de
un país justo, libre, soberano y para
todos.
Es claro, la política como algo
esquemático o fuera del devenir humano no tiene más existencia que la que le
pueda cobijar algún papel, porque plantear desde un purismo inmaculado las
cuestiones del vivir y construir político no resultan más que un ejercicio
onanístico del pensar.
No obstante, estos momentos
políticos en general y esta fecha en particular son buenas para pensar que la
lealtad del 17 de octubre, esa lealtad de un pueblo movilizado para respaldar a
su líder, a sus propias conquistas, no se puede traducir en la vacía retórica
de las obsecuencias bobas. Tampoco se puede pretender que la batalla culturar sea
solo un enunciado bonito de la corrección política.
Y tampoco se puede caer en la
simplificación de que la repetición constante de determinadas frases como si de
un mantra se tratara convierte a todos (aboliendo la historia) en compañeros.
Mucho menos a quienes gozan de esquivarle
el bulto a la coherencia de vivir como se piensa.
Es menester no confundir aquel hermoso
fanatismo del que nos hablara Evita con la triste compulsión neurótica de
juntar fotos para el muro de Facebook.
Me queda entonces –finalmente-
hacer mis mas fervientes votos por que este 17 de Octubre podamos una vez mas
reafirmar nuestra lealtad para con este enorme proyecto que es nuestra patria -esa
que soñaron Perón y Evita; junto a millones de hombres y mujeres anónimos en
doscientos años de lucha y trabajo.
Oponiendo nuestra lealtad unida y
organizada, a las siglas sin pasión y los fanatismos fingidos de quienes no
saben lo que no quieren saber.
Y con la humildad necesaria de comprender
que asi como es mucho lo que se hizo es mucho mas lo que nos queda por hacer.
La vida por Perón, la vida por
tod@s.
Daniela, FernandoLuis y
Pavlo
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