Si Evita viviera seria viejita.
¿Qué es Evita?
En principio lo más evidente es
que Evita no es una persona, lo fue alguna vez pero para suerte o para
desgracia dejó de serlo.
Hace 61 años que la industria que
mejor medra en nuestro país es la de fabricar Evita.
Desde grande discurseadores hasta
ínfimos balbuseadores, buenos malos diestros o siniestros todos hemos dedicado
alguna parte de nuestra vida a fabricarnos una Evita a la medida, y ruego aquí
que nadie encuentre sorna en este comentario, ya que, de que versión de Evita
construimos o elegimos, depende en gran medida el argentino que somos (aquí y
en cualquier parte de mundo)
Y por supuesto, no solo en lo
individual, sino sobre todo en lo colectivo es donde más complejas e
interesantes se ponen las Evitas así creadas.
Pero no solo en el fuero intimo o
en el colectivo se crean Evitas, y es a estas creaciones a las que quisiera
referirme, a la Evita boluda de la derecha y a la Evita gorila de la izquierda.
Por diversos motivos y en
diversas coyunturas históricas, los aparatos de propaganda (Formales o no) de
la distintas tendencias políticas, que para sus fines lo necesitaron, se
lanzaron a tuniar sus propias Evitas a medida.
Enumeraremos 2 modelos bastante
parecidos, que curiosamente fueron hechos para cubrir necesidades de sectores
ideológicos que se suponen en las antípodas.
La Evita boluda.
En el recarajo de cualquier cosa
remotamente original, nacional o popular existe un sector político que entiende
al peronismo con una suerte de franquismo trunco que podría realizarse
fecundado por un buen polvo libremercadista a la Reagan, que se siente heredero
de Perón, Primo de Rivera y Milton Friedman, de existencia real en nuestro país
y que, como todo ente que participa del ser en la argentina, tiene su propia
Evita. Una Evita boluda, santita, sonrisita, rodeíto, estampita, espiguita de
trigo...
Dentro de un lógica en la que
"el pueblo" es más o menos bobo, que hay que darle la comida
masticada, que le importa mucho más Ricky Fort que la política económica, porque
total pobres hubo siempre, y no labura el que no quiere, y si repartimos
frazadas en la estación somos como Evita, y da lo mismo la Fundación Eva Perón
que Caritas, porque total la cosa es darle algo a los que están cagados de
hambre para que cuando haya una necesidad exista el insoslayable derecho a
hacer caridad con las sobras.
Esta es la evita boluda de la
derecha, un producto comparable al Potro Rodrigo, a Lady Di, y por qué no a
Einstein o Mahatma Gandhi, una foto linda aséptica y querible que los escuálidos
intelectos de la clase baja puedan tragar tibiecito, recién regurgitado.
La evita gorila.
En las antípodas de lo anterior,
o más correctamente dicho, "En el recarajo de cualquier cosa remotamente
nacional y popular" está nuestra, nunca bien ponderada, izquierda. Sólidamente
afincados en sus aulas universitarias y en sus puestos de la feria jipi, estos
herederos de las refulgentes luces del socialismo científico, no pueden
-ni pudieron nunca a pesar del
inexorable paso de los últimos sesentaipico años- entender el incontenible
ascendente de este "Bonapartismo" en los sectores sociales que, de
esa forma, omiten su llamamiento histórico de ponerse a la cabeza de LA
REVOLUCION SOCIALISTA. Entonces, para tratar de llegar a este público -sí,
publico- se construyeron un relato en el que habría dos peronismos antagónicos,
el de Perón (un franquismo trunco) y el de Evita, suerte de pre marxismo
intuitivo a la argentina, donde Evita jugaría el rol de una Pasionaria, o una
Rosa Luxemburgo, pero campesina e ignorante, que no pudo salirse de la triste jaula
a la que la relegó el tirano. "...una foto linda aséptica y querible que
los escuálidos intelectos de la clase baja puedan tragar tibiecita, recién
regurgitada."
Por ahí, en ese tormentoso mar de
Evitas individuales, colectivas, emotivas, prefabricadas, necesarias,
corporativas, marxistas, sionistas, católicas, agnósticas, conservadoras,
extrañadas, lloradas, aplaudidas, liberales, librepensadoras, proteccionistas,
librecambistas, xeneises, feministas, autogestivas...
En ese infinito océano de Evitas,
seguro habrá -por lo menos algunas- Peronistas.
En ese infinito océano de Evitas
esta la mía, plantada delante del Pocho, como la flamigera efigie de la Gorgona
en la egida de Atenea, dispuesta a dar la vida (como la dio) para que la obra
del General no quedara mocha. Mjolnir peroncho, ávido de la monstruosa cabeza
de la Jörmundgander oligarquica, nuevo Prometeo, dador de humanidad a un pueblo
dispuesto a conseguirla, sagaz Eris del gorilismo.
Así es mi Evita, pintada de los
colores de los héroes de mi infancia, pero siempre junto a Perón, no madre del
peronismo, sino su primera hija, sabedora de la responsabilidad de su
primogenitura, y nunca reclamando más que el lugar de Compañera.
Y ahí anda la cosa, 60.000 evitas
son homenajeadas hoy, o solo una, la compañera...
Fernando Luis.
La Peñaloza en Buenos Aires
No hay comentarios:
Publicar un comentario