Querida Cristina:
Desde ahora tu existencia estará
impregnada del aroma de un bebé que llenará cada instante de tu vida.
Verlo crecer y prodigarle
arrullos será como el momento de un éxtasis inolvidable. Cuando pronuncie por
primera vez tu nombre: "abuela", sentirás que tu semilla se prolonga
para siempre. Heredará tus gestos, tus modos, tus sueños, y con el orgullo de
llamarse como su abuelo, Néstor, pensará algún día seguir los pasos que dejó
vacíos su prematura partida.
Querida hija Cristina, la vida,
dicen, da y quita. Hoy te premia, te da la bendición de estrechar en tus brazos
ese milagro de la naturaleza. Te ayudará a seguir con más fuerza profundizando
el mandato que tu pueblo te asignó, porque sabrás que tu mirada y acciones,
para bien de los argentinos y en especial de la infancia, están también
destinadas para tu nietito.
Felicitaciones de todas las
Madres-Abuelas que aprendimos con el ejemplo de tu generación a no abandonar la
lucha.
Con amor, abrazos.
LAS ABUELAS
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