El «albertío»
(Violeta Parra*)
¡Yo no sé por qué mi Dios
le regala con largueza
sombrero con tanta cinta
a quien no tiene cabeza!
¿A’ónde va el buey que no are?
¡Responde con prontitud!
¡Si no tenís la contesta,
prepárate el ataúd!
Vale más en este mundo
ser limpio de sentimientos;
muchos van de ropa blanca
y ¡Dios me libre!… por dentro.
Yo te di mi corazón:
¡devuélvemelo enseguí’a!
A tiempo me hey da’o cuenta
que vos no lo merecías.
Hay que medir el silencio,
hay que medir las palabras,
sin que’arse ni pasarse
medio a medio de la raya.
Yo suspiro por un Peiro,
¡cómo no hey de suspirar,
si me ha entrega’o la llave
de to’o lo celestial!
Y vos me diste el secreto
de chapa sin cerra’úra,
como quien dice, la llave
del tarro de la basura.
Dejate de corcoveos,
que no nací pa’ jinete:
me sobran los Valentinos,
los Gardeles y Negretes.
Al pasito por las pieiras,
cuida’o con los juanetes,
que aquí no ha nací’o naide
con una estrella en la frente.
Discreto, fino y sencillo,
son joyas resplandecientes
con las que el hombre que es hombre
se luce decentemente.
«Alberto –dijo– me llamo».
Contesto: «lindo sonido,
mas para llamarse Alberto
hay que ser bien ”albertío”».
*05 de febrero de 1967: Acaba con
su vida la folklorista chilena Violeta Parra
Poeta, cantora, pintora,
escultora y ceramista, fundadora de la música popular chilena y una de las
folkloristas más importantes de América.
Fue autora de obras emblemáticas
que alcanzarían gran popularidad, integrando en la actualidad el repertorio de
numerosos cantantes, como "Casamiento de negros", "Yo canto a la
diferencia", "Por qué los pobres no tienen", "Paloma
ausente", "Arriba quemando el sol", "Gracias a la
vida", "Qué he sacado con quererte", "Miren cómo
sonríen", "Qué dirá el Santo Padre", "Volver a los
17", "Rin del angelito", "El Albertío", etc.
Realizadora de una remarcable labor de recopilación del folclore popular
chileno plasmada en las mil canciones que integran su libro "Cantos
folklóricos chilenos", fue autora también del volumen "Décimas",
publicado luego de su muerte por su hermano, el poeta Nicanor Parra.
Creadora de una obra plástica
expuesta y elogiada en diversas partes del mundo, junto con sus hijos Isabel y
Angel y los folcloristas Víctor Jara, Patricio Manns y Rolando Alarcón instaló
una carpa en la comuna La Reina, al este de Santiago, con el propósito de
convertirla en centro difusor de la cultura folclórica, y en la que a los 49
años de edad se suicidó deprimida por motivos sentimentales y el escaso eco de
su propuesta cultural.
Había nacido en San Carlos,
Chillán, el 4 de octubre de 1917.
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