PARA SU DIVULGACIÓN
Amigos:
Puede que les llamara la atención
la ausencia durante estos tres días de mis posteos. Acabo de llegar a la ciudad
de Córdoba después de ser detenido por la policía el sábado 31 a las 15 hs y
liberado anoche a las 0:35 hs. Les comento, y ruego divulguen, que fui detenido
(más de tres días) por la policía de Arroyito mientras desarrollaba mis tareas
profesionales. Con esta mafiosa y patotera policía desde hace muchos años hemos
desarrollado una enemistad mutua y manifiesta por mi continua defensa contra el
maltrato policial de las cuales dejaba constancias en el libro de guardia. Una
discusión de fuerte tono con un policía inexperto fue la excusa para mi
detención. Naturalmente fui golpeado en tres oportunidades con las esposas
puestas.
La oportuna llegada del director
del hospital Dr. Amadeo Bettini, la denuncia inmediata por la radio local y la
pronta intervención del intendente local Mauricio Andrés Cravero y la
representante legal de la Municipalidad Dra. Mendoza a quienes agradezco
infinitamente, me libró de las golpizas salvajes, pero no de la detención.
Alentado por las mismas
autoridades mencionadas iniciaré el juicio penal por maltrato de los cuales
mantendré informado a todos los amigos por este medio y en la revista que
dirijo “CORDOBA POLÍTICA”.
La reflexión es que seguiré en
las villas y con “los chicos de la gorra” luchando contra el maltrato policial
que recientemente se cobró otra víctima
De nada sirve que el Comisario,
presionado por el revuelo y la presión política, intentara justificarse, visitándome
amistosamente fuera de su horario de trabajo, señalando que “cuando yo estoy
estas cosas no ocurren”. Si así fuese, cosa que dudo, lo suyo es una cruda
confesión de que está en conocimiento de estos atropellos cuando é no está. El
Jefe de la guardia, un joven de cutis bien trigueño, intentó darme una clase de
“filosofía de la negritud”. “No somos lo mismo nosotros que los negros de
mierda. A ellos los fajamos para tenerlos más blanditos”. El subcomisario no
dejaba de insultar y provocarme y ante mi negativa a callarme me dio un
puñetazo en el estómago. Cosa que imitó uno que estaba de civil y a quien
reconozco por ser autor de una herida contusocortante a un joven detenido que
constaté en la cárcel y que dejé debidamente sentada en el libro de guardia
hospitalario.
Como lo expliqué públicamente por
la radio, y me reitero permanentemente en esta página y en mi revista: para
reducir la delincuencia en la calle hay que sacarlas de las comisarías y de la
Casa de Gobierno de Córdoba. Siempre empezando por la cabeza de esta mafia
narcopolicial y patotera que tiene como su máximo referente al gobernador José
Manuel de la Sota.
LA DIVULGACIÓN DE ESTA NOTA
AYUDARÁ A MI PROTECCION FÍSICA
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