2 de febrero de 1976 – Es
secuestrado José Tedeschi, sacerdote obrero, mártir de los «villeros»
en Argentina.
José Tedeschi - relata el padre
Roberto de la Parroquia del Hospital de Quilmes - interpretó que seguir a Jesús
es comprometerse, juntarse, compartir el sufrimiento de los de abajo.
Cuando José es designado párroco
de Don Bosco, se acerca a la Villa Itatí, conoce y se entera de las condiciones
de vida de los que allí viven y hace su opción de vida. Predica el evangelio
con quienes considera los preferidos de Jesús.
José abandona la tranquilidad y
comodidad de Don Bosco. Se metió. Se comprometió. Se fue a vivir a la Villa
Itati. Se jugó la vida como Jesús.
Vivir de esta forma el evangelio
y haberse unido a una mujer del lugar le valió la marginación y menoscabo de
los fariseos del momento. Defender, acompañar a los pobres, vivir con ellos, lo
enfrentó con el poder político de la época.
Esto ocurrió en el gobierno de
Isabel Perón y su nefasto ministro López Rega quienes finalmente lo secuestran
y asesinan el 2 de febrero de 1976.
Cuenta Juanita, compañera de
José: “En los años ´70 la Villa Itatí estaba en proceso de formación. Acudían
al lugar gente del interior del país y de países limítrofes, paraguayos,
chilenos en búsqueda de un lugar para vivir, corridos de sus lugares de origen
por la necesidad.
No había alcantarillas, ni agua,
ni luz, ni calles y tampoco veredas. Tampoco se oficiaba la misa en el lugar,
había que ir a la Parroquia de Don Bosco.
La situación de hacinamiento y
privaciones era angustiante y cotidiana. En esos tiempos se conseguía trabajo
pero la mayoría de las personas no tenían documento. Ser villero e
indocumentado dificultaba acceder al trabajo.
En ese momento, José Tedeschi es
asignado a la parroquia de Don Bosco.
Comienza su accionar nuestro
padre José haciendo misa dentro de la Villa, lo cual lo lleva a enfrentarse a
la jerarquía eclesiástica quienes deciden que para escuchar misa había que ir
hasta Don Bosco. También le recomiendan no frecuentar mucho la “Villa”. Lejos
de acatar las órdenes de la jerarquía, nuestro José se acerca y profundiza su
vínculo con el pueblo pobre y marginado, enfrentamiento que lo lleva a
abandonar la estructura eclesiástica y decide ir a vivir a la Villa para
profetizar desde allí su
concepción del evangelio. Su opción preferencial por los pobres era una tarea
la cual no hacía solo, existía en nuestro país lo que se dio a llamar el
“Movimiento de los Curas del Tercer Mundo”.
En el plano político social se
abrieron grandes expectativas con la llegada al gobierno del Peronismo. Nuestro
Padre José no es ajeno a este clima de participación popular y lo hace desde su
profunda convicción cristiana. Comienza con ayudar a los recién llegados a
levantar humildes casillas, continúa con peticiones a las autoridades para
conseguir documentación, brega e impulsa la organización de las personas para
buscar soluciones comunes, activa la participación para la organización de una
cooperativa de consumo.
Propone y consigue soluciones a
las necesidades más inmediatas: agua, luz y salud.
Al padre José acudían personas
con necesidades apremiantes y él
siempre encontraba alguna
solución. Su estilo era de amplia participación comunal. Todas las decisiones
eran debatidas por los interesados.
2/2/1976
En ese momento, cuenta Juanita,
se estaciona el “fatídico” falcon frente al mismo y rápidamente bajan dos
enormes esbirros que preguntan:
-¿Quién es José Tedeschi?
José responde: - Soy yo.
Lo toman violentamente y lo
arrastran hacia el auto, José se resiste y aclama por ayuda. Prestamente acude
Juanita que, embarazada de 9 meses, increpa fieramente a los asesinos que la
apuntan con un arma.
Uno de ellos ordena:
- Cargála a ella también.
José cesa la resistencia
exclamando: -A ella no.
Es golpeado fieramente en el
rostro y cargado en el falcon. Las últimas palabras que recuerda Juanita de él
son:
-Salvá a la Beba.
Esto sucedió el 2 de febrero de
1976. El día 18 de ese mismo mes José aparece asesinado con su cuerpo
terriblemente mutilado.
Su hija Itatí nace el 19 de
febrero.
Se cumplió el deseo de José de
que su hija lleve el nombre de la Villa que él quiso tanto.
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