Envar El Kadri (1941–1998)
Nació en Río IV, Córdoba, el 1 de
mayo de 1941, hijo de Ester Amelia Manna Y Khaled El Kadri, inmigrante libanés.
Su hermana Susana completaba el cuadro familiar. Vivieron en Ciudadela,
provincia de Buenos Aires. “Mi padre salía con las valijas cargadas de cosas de
mercería, botones, hilos, agujas – que iba vendiendo – hasta que instaló un
negocio. Como el era extranjero no hacía política, pero yo tuve la influencia
de todo el medio ambiente en el cual me crié. Mis abuelos, mis tíos, eran todos
peronistas… y para mí fue una cosa muy natural serlo; si éramos los únicos privilegiados
en aquella época”.
El bombardeo al pueblo en la Plaza de Mayo en junio de
1955 y el golpe cívico militar contra el peronismo de septiembre de ese año,
-cuando Envar estudiaba en el Liceo Militar-, lo pondrán de cara a la vida
política nacional.
La principal motivación que lo
llevó a la militancia política fue su profundo sentido de rebeldía ante la
injusticia. Envar explicó: “muchos jóvenes de mi época decidimos que había que
levantar las banderas de nuestros ideales, que no podíamos admitir que hubiera
ciudadanos de primera que eran los “democráticos”, y ciudadanos de segunda que
éramos los peronistas. (…) y ahí fue cuando nos organizamos ya por los años 57,
58 en los primeros comandos de la Juventud Peronista ”.
Se sumó a la resistencia peronista
llevando a cabo acciones consistentes en juntarse en la calle Florida, colgar
retratos de Perón y de Evita, gritar consignas y cantar la marcha peronista
desafiando al decreto ley 4161.
Pocos años más tarde integró la
resistencia armada, dentro de lo que comenzaba a llamarse Juventud Peronista.
A partir de agosto de 1961
comenzó una etapa común a tantos militantes del campo nacional, caracterizada
por la cárcel, la tortura, el exilio y la lucha.
En 1962 es condenado a prisión
por tenencia de armamentos y explosivos. Un año más tarde una amnistía del
presidente Illia lo devuelve a la calle.
Se transformó en uno de los
principales referentes del Movimiento de la Juventud Peronista
durante el primer Congreso en 1963, que “instó a todos los peronistas a la
lucha revolucionaria hasta las últimas consecuencias”. Una demostración de ese
ascendente sobre el MJP fue su elección como delegado ante el mismo Perón en
una visita que varios militantes le hicieron en Madrid, en noviembre de 1963.
Hacia 1965, fundó y participó de
las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) con el objetivo de armar una guerrilla
rural en el monte tucumano que enfrente militarmente al “onganiato”, abiertamente
entregado a los capitales foráneos. Sin embargo y antes de entrar en acción,
las FAP cayeron el 18 de septiembre de 1968, en Taco Ralo, dando origen a su
segundo período de encierro y tortura muy duro y prolongado. Es liberado en
1973 con la amnistía del presidente Cámpora. Consiguió trabajo bajo la gestión
Puiggrós, en la
Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires (UNPBA),
Facultad de Derecho, donde dirigió la guardería infantil.
El 1 de enero de 1975, amenazado
y perseguido por la Triple A ,
y después de la muerte de su amigo Julio Troxler, comenzó un largo y duro
exilio que finalizó en el año 1984, cuando regresó al país.
Estuvo en Beirut, Damasco,
Madrid, París, destinos en todos los cuales vivió intensamente angustiado por
no estar librando la lucha en su tierra mientras muchos compañeros caían en
ella. Sin embargo su expulsión por la fuerza de España lo hizo sentir aún parte
de ella.
Participó entre 1976 y 1978 en el
Comité Argentino de Información y Solidaridad y en la fundación y organización
de actividades que de una u otra manera actuaban contra el gobierno militar. A
su regreso, tras el fin de la dictadura, continuó su incansable actividad
militante.
Se dedicó a temas culturales
adoptando como oficio la producción cinematográfica y la dirección de un sello
discográfico “Milán Sur” pero siempre aportando a la reconstrucción del
movimiento nacional y popular. Fue productor de tres excelentes películas como
fueron: “El Exilio de Gardel”, “Sur” y “El Viaje”. Aportó su testimonio
militante al ser entrevistado para la película de David Blaustein, “Cazadores
de Utopías”. Escribió un interesante trabajo titulado: “Ernesto Guevara y el peronismo”
donde aventaba toda la intención aviesa de separar al “Che” del movimiento
nacional. Y en tal sentido también hizo la película “Che Ernesto”, dirigida por
Miguel Pereira. Falleció de un infarto en Jujuy, el 19 de julio de 1998.
Hoy en día, una placa lleva su
nombre en uno de los laterales de la Plaza Flores , sobre la calle Artigas. Su mensaje
suena claro y convincente para las generaciones venideras: “Perdimos, no
pudimos hacer la revolución. Pero tuvimos, tenemos, tendremos razón en
intentarlo. Y ganaremos cada vez que algún joven sepa que no todo se compra ni
se vende, y sienta ganas de cambiar el mundo”.
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