Nacido en Guaja, caserío de la
Costa alta de los Llanos en La Rioja, en 1798, El Chacho fue uno de los más
consecuentes luchadores contra el centralismo porteño, a la cabeza de sus
gauchos montoneros.
Se levantó como hombre de Facundo
Quiroga contra la política rivadaviana que pretendía dominar a las provincias,
se insubordinó luego tres veces ante la política rosista de mantener el control
de la Aduana para Buenos Aires por lo cual debió exilarse en Chile y,
especialmente, se jugó la vida contra el mitrismo que después de Pavón quería
organizar la semicolonia en connubio con los capitales británicos.
En estas diversas ocasiones, la
Provincia Metrópoli, como la llamó Alberdi, pretendía mantener el control del
puerto único, las rentas aduaneras, el crédito y la política económica para
crear un país hacia afuera, dependiente del capital extranjero, dando la
espalda a las provincias interiores .
Aquella región que mantenía la
mayor parte de su población y de su actividad económica y cultural, en 1810,
desde Córdoba hacia el norte, habría de retorcerse sobre sí misma por obra de
la oligarquía mitrista para crear la semicolonia de cabeza enorme sobre el
litoral y el resto convertido en provincias raquíticas.
El Chacho fue uno de los que más
luchó contra ese proyecto oligárquico y semicolonial.
Su derrota fue la derrota de la
Argentina latinoamericana, hacia adentro, popular, integrante de la Patria
Grande que soñaron San Martín y Bolívar, de esa Unión Americana por la que
peleó su amigo y sucesor, Felipe Varela.
Pero para no caer en
simplificaciones y hacer verdadera historia, en serio, mejor dejemos hablar a
los protagonistas:
Después de Pavón –cuando Urquiza
se retira del campo, al tranco, entregándole el triunfo a Mitre–, Sarmiento le
escribe a este: "No trate de economizar sangre de gauchos. Es lo único que
tienen de humano. Este es un abono que es preciso hacer útil al país."
(20/9/1861). Tiempo después, El Chacho arenga a sus paisanos: "Al abrir
esta campaña no olvidéis que vais en busca de hermanos... No, la sangre
argentina debe economizarse ..." (26/3/63).
Mitre, por su parte, decide
arrasar con todo el oeste y noroeste opositor y ordena: "Mi idea se resume
en dos palabras: quiero hacer en La Rioja una guerra de policía. La Rioja es
una cueva de ladrones, que amenaza a los vecinos y donde no hay gobierno que
haga nada... Declarando ladrones a los montoneros, sin hacerles el honor de
considerarlos como partidarios políticos, ni elevar sus depredaciones al rango
de reacción, lo que hay que hacer es muy sencillo." (Mitre a Sarmiento
29/3/1863) De Mitre hablamos, aunque parece Videla.
Sarmiento comprende:
"Entonces, es permitido quitarles la vida donde se los encuentre." Y
ya le ha dicho a Mitre: "Son animales bípedos de tal perversa condición
que no sé qué se obtenga con tratarlos mejor." (Sarmiento a Mitre, 24/3/1863)
Mitre, a su vez, estaba
convencido: "Mejor que entenderse con el animal de Peñaloza es
voltearlo... Aprovechemos la oportunidad de los caudillos que quieren
suicidarse para ayudarlos a bien morir... Al Chacho es preciso que se lo lleve
el diablo barranca abajo." (Mitre a Marcos Paz, 10/1/1862)
Pero El Chacho resiste con su
pueblo y confía en que Urquiza se levantará contra Buenos Aires: "Me he
puesto a la cabeza del movimiento de libertad, igual al que usted hizo el 1 de
mayo en esa heroica provincia contra la tiranía de Rosas. Si usted estuviese en
estos pueblos vería cuánto han sufrido y cuánto los han asesinado y vería que
este movimiento es contra otra tiranía peor que la de Rosas. Nada nos falta
sino que usted monte a caballo... y mande todo el armamento que pueda" (El
Chacho a Urquiza, 7/6/1863 y 14/6/1863). Pero Urquiza sólo quiere hacer
negocios y El Chacho es derrotado en Lomas Blancas, Las Playas y Caucete. El 12
de noviembre se rinde en Olta. Los mitristas lo matan y lo degüellan. Su cabeza
es colgada en una pica de una plaza de Olta.
Sarmiento: "He aplaudido la
medida precisamente por su forma. Sin cortarle la cabeza a aquel inveterado
pícaro y ponerla a la expectación, las chusmas no se habrían aquietado en seis
meses." (Sarmiento a Mitre, 18/11/1863).
"El Chacho, pobre y desnudo
de recursos, arrastraba a la mitad de la República... Su adversario, a la
cabeza del gobierno de San Juan... temblaba de miedo ante la popularidad del
Chacho y de miedo, lo hizo matar alevosamente... La vida real del Chacho no
contiene un solo hecho de barbarie igual al asesinato del que él fue
víctima." ( Alberdi en Grandes y pequeños hombres del Plata, p. 319 y
334).
"Los salvajes unitarios
están de fiesta. Celebran la muerte de uno de los caudillos más prestigiosos,
más generoso y valiente que ha tenido la República Argentina. El Partido
Federal tiene un nuevo mártir. El partido Unitario tiene un crimen más que
escribir en la página de sus horrendos crímenes. El General Peñaloza ha sido
degollado... Acaba de ser cosido a puñaladas, en su propio lecho, degollado y
su cabeza ha sido conducida como prueba del buen desempeño del asesino, al
bárbaro Sarmiento. El partido que invoca la ilustración, la decencia, acaba con
sus enemigos, cosiéndolos a puñaladas. El partido Unitario es lógico con sus
antecedentes de sangre. Mata por su índole perversa, mata porque una sed de
sangre lo mortifica, lo sofoca, lo embrutece... ¡Maldito sea! ¡Maldito, mil
veces, maldito sea! el partido envenenado con crímenes que hace de la República
el teatro de sus sangrientos horrores." (
José Hernández, en Vida del Chacho). «
El "chacho" en canal
encuentro
El canal educativo Encuentro estrenó el sábado
pasado una docu-ficción titulada Rebelión en los Llanos. Vida, resistencia y muerte
del Chacho Peñaloza, filmada en los escenarios naturales de La Rioja, que
recrea la historia, la figura y los últimos años de lucha del caudillo. El
primer capítulo, titulado "El héroe de Guaja" (que se repetirá el
miércoles a las 15), está referido a los orígenes del Chacho en Guaja, su
pertenencia a Los Llanos, sus primeras armas junto a Facundo, su oposición al
régimen rosista y su época de esplendor como hombre fundamental en el proyecto
de la Confederación. El ciclo incluye poemas y canciones de Jorge Cafrune.
Norberto Galasso
Tiempo Argentino
12.11.2012
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