13 ABRIL 2012
Obama, el primer Presidente negro de Estados Unidos -sin
dudas inteligente, bien instruido y buen comunicador-, hizo pensar a no poca
gente que era un émulo de Abraham Lincoln y Martin Luther King.
Hace cinco siglos una Bula Papal, aplicando conceptos de la
época, asignó alrededor de 40 millones de kilómetros cuadrados de tierra, aguas
interiores y costas a dos pequeños y belicosos reinos de la península Ibérica.
Ingleses, franceses, holandeses y otros importantes Estados
feudales fueron excluidos del reparto. Interminables guerras no tardaron en
desatarse, millones de africanos fueron convertidos en esclavos a lo largo de
cuatro siglos y las culturas autóctonas, algunas de ellas más avanzadas que las
de la propia Europa, fueron deshechas.
Hace 64 años fue creada la repudiable OEA. No es posible
pasar por alto el grotesco papel de esa institución. Un elevado número de
personas, que tal vez sumen cientos de miles, fueron secuestradas, torturadas y
desaparecidas como consecuencia de sus acuerdos para justificar el golpe contra
las reformas de Jacobo Árbenz en Guatemala, organizado por la Agencia Central de
Inteligencia yanki. Centroamérica y el Caribe, incluida la pequeña isla de
Granada, fueron víctima de la furia intervencionista de Estados Unidos a través
de la OEA.
Más grave todavía fue su nefasto papel en el ámbito de
Suramérica.
El neoliberalismo, como doctrina oficial del imperialismo,
cobró inusitada fuerza en la década del 70 cuando el Gobierno de Richard Nixon
decidió frustrar el triunfo electoral de Salvador Allende en Chile. Una etapa
verdaderamente siniestra en la historia de América Latina se iniciaba. Dos
altos jefes de las Fuerzas Armadas chilenas, leales a la Constitución , fueron
asesinados y Augusto Pinochet impuesto en la jefatura del Estado, tras una
represión sin precedentes en la que numerosas personas seleccionadas fueron
torturadas, asesinadas y desaparecidas.
Los golpes militares y la represión se extendieron a casi
todos los países vecinos. La línea de transporte aéreo cubana fue objeto de
brutales sabotajes. Un avión fue destruido en pleno vuelo con todos sus
pasajeros. Reagan liberó al autor más importante del monstruoso crimen de una
prisión en Venezuela, y lo envió a El Salvador a organizar el intercambio de
drogas por dinero para la guerra sucia contra Nicaragua, que costó decenas de
miles de muertos y mutilados.
Bush padre y Bush hijo, protegieron y exoneraron de culpa a
los implicados en estos crímenes. Sería interminable la lista de fechorías y
actos terroristas cometidos contra las actividades económicas de Cuba a lo
largo de medio siglo.
Hoy, viernes 13, escuché valientes palabras pronunciadas por
varios de los oradores que intervinieron en la reunión de cancilleres de la llamada
Cumbre de Cartagena. El tema de los derechos soberanos de Argentina sobre las
Malvinas -cuya economía es brutalmente golpeada al privarla de los valiosos
recursos energéticos y marítimos de esas islas-, fue abordado con firmeza. El
canciller venezolano Nicolás Maduro, al finalizar la reunión de hoy, declaró
con profunda ironía que “del Consenso de Washington se pasó al Consenso sin
Washington”.
Ahora tenemos la
Cumbre de las guayaberas. El río Yayabo y su nombre indio,
totalmente reivindicado, pasarán a la historia.
Fidel Castro Ruz
Abril 13 de 2012
9 y 40 p.m.
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