COMPLEJO DE… PERONISMO.

Por Miguel Angel Ceriani


Desde el advenimiento del tan famoso Complejo de Edipo, allá en los albores del siglo XX, planteado por el eminente Sigmund Freud *, ríos de tinta han corrido acerca no sólo de éste, sino de muchos otros complejos.

Sin embargo, y desde una óptica no psicoanalítica, sino más bien política, un nuevo complejo ha sido instaurado (no descubierto, insisto, instaurado) en nuestra sociedad. Me refiero al Complejo de Peronismo.

Es que en nuestro país, parece ser que el Peronismo conlleva, ineludiblemente, varios estigmas que le impiden, en muchos casos, una conducta diríamos “normal”.

Veamos cómo es esto:

La gloriosa jornada del 17 de Octubre de 1945, fue calificada como “aluvión zoológico”. Es decir, un hecho protagonizado por animales, que, como todos sabemos, no saben ni razonar ni pensar, obrando sólo por instinto. Primer estigma para ir instalando el complejo.

Segundo estigma: “El peronismo no respeta a las minorías”. Minorías que, entre otras cosas, ametrallaron y bombardearon – respetuosamente – a la población civil indefensa en la Plaza de Mayo. O que más tarde, asesinaron – respetuosamente – a inocentes en la masacre de José León Suárez. O fusilaron – respetuosamente – fuera de toda ley al General Valle y sus camaradas.

Tercer estigma: “El peronismo no es democrático”. Repetido sin cesar por quienes – democráticamente – tras varios intentos, derrocaron a un gobierno elegido por mayoría en las urnas. Y después – democráticamente – prohibieron al peronismo participar en la política nacional, convalidando elecciones donde los únicos candidatos – democráticamente – eran ellos.

Cuarto estigma: “Bajo el peronismo, no hay libertad de expresión”. Concepto repetido hasta el cansancio por quienes – con plena libertad – prohibieron nombrar a Perón o cualquier referencia al peronismo, intentando de esa manera hacer que todo un pueblo olvidara a su Líder.

Quinto estigma: “El peronismo es una dictadura”. O sea... 1955, 1966, 1976… no fueron dictaduras, no, fueron “revoluciones y procesos de reconstrucción nacional”.

Sexto estigma: “El peronismo es violento”. Porque bombardear, fusilar, masacrar, desaparecer personas… son manifestaciones pacifistas.

Ante semejantes estigmas, repetidos hasta el cansancio, el complejo se instala. Y a partir de esta instalación, actuamos en consecuencia:

No actuamos siguiendo los dictados de nuestro corazón, no sea cosa que nos digan “animales”.

Aceptamos que las minorías corten rutas, desabastezcan de alimentos, pretendan gobernar de prepo; no sea cosa que nos digan que no las “respetamos”.

Nos obligamos a convivir en el Ejecutivo, (cuando deberíamos volarlo de un patadon en el culo), con un triste fantoche, sin dignidad ni orgullo, traidor y solapado; no sea cosa que nos digan “antidemocráticos”.

Permitimos una infame campaña mediática en nuestra contra, incluso con expresos pedidos de golpe de estado; para que no nos digan que coartamos la libertad de expresión.

Practicamos un irrestricto respeto por el Poder Judicial y el Poder Legislativo, aún a sabiendas de que muchas veces no responden precisamente a las leyes de la Nación, sino a espúreos intereses; no sea cosa que nos digan que somos una dictadura.

No encarcelamos, no reprimimos, siempre ofrecemos la otra mejilla; no sea cosa que nos digan que somos “violentos”.**

Uno de los pilares de la terapia psicoanálítica para elaborar y superar el Complejo de Edipo, es la interpretación de los sueños. ¿Cuando los peronistas podremos elaborar nuestro complejo, para así interpretar y hacer efectivos los sueños de nuestro pueblo?


* En realidad, si seguimos la frase de Nietzche “Toda doctrina es, en definitiva, una autobiografía”, deberíamos recordar que la madre de Freud era una de las bellezas de la época. En fin, no quiero seguir ahondando en este tópico, porque la corporación psicoanalítica se me vendría encima con sus críticas, o, lo que es peor, con sus interpretaciones.

** Recordamos aquí las palabras del General Perón cuando dijo que “entre la sangre y el tiempo, elegí el tiempo”.


Gracias Miguelón!!!