Presidente Chávez: Buenas noches
Venezuela, buenas noches a todo el pueblo venezolano, desde este querido
recinto, el llamado Despacho uno, de la Presidencia de la República, aquí al
lado del vicepresidente Nicolás Maduro, al lado del presidente de la Asamblea
Nacional, Diosdado Cabello, la vicepresidenta de Consejo de Ministros para toda
el área social, Yadira Córdova, el vicepresidente de Consejo de Ministros para
todo lo que es el área económica financiera Jorge Giordani, el vicepresidente
de Consejo de Ministros para todo lo que es el desarrollo territorial y
vivienda, Rafael Ramírez, el vicepresidente de Consejo de Ministros para el
desarrollo económico, productivo, Ricardo Menéndez, los ministros de ciencia y
tecnología, Jorge Arreaza, ministro de defensa, el almirante Diego Molero
Bellavia. Por allá el ministro de comunicación e información, la ministra del
despacho, el general jefe de la Casa Militar, el ayudante y el batallón de
Teresita ¿cómo están muchachos?
Buenas noches a todos, buenas
noches a todas.
Bueno, yo me veo obligado por las
circunstancias, ustedes saben mis queridas amigas, mis queridos amigos
venezolanas y venezolanos todos, que no es mi estilo un sábado por la noche y
menos a esta hora, nueve y media de la noche ¿te acuerdas de aquella película
Diosdado?
Presidente de la Asamblea
Nacional, Diosdado Cabello: ¿Cuál?
Presidente Chávez: Saturday…
¿cómo es?
Presidente de la Asamblea
Nacional, Diosdado Cabello: Saturday night fever.
Presidente Chávez: Fiebre de
sábado por la noche, John Travolta, yo bailaba la lambada, compadre, Yadira
también la bailaba.
Presidente Chávez: Bailábamos la
lambada, yo recuerdo esa película, tuvo mucho impacto. Hace poco vi una
película, Travolta ya con unos años encima, pero buen actor, excelente actor,
John Travolta. ¿Ese es el nombre de él, del actor? ¿No? Y Olivia Newton-John
¿te acuerdas? ¡ah! Era el impacto de aquellos años ¿qué? los años 80, los años
70, los años 80, Teresa Maniglia bailaba la lambada pero divino, yo la vi una
vez...
Bueno, entonces, no es mi estilo
una cadena nacional un sábado por la noche, pero obligado por las
circunstancias me dirijo a ustedes Pueblo Venezolano, nación venezolana, amigas
y amigos todos, compatriotas todos y más allá a los amigos y amigas de otras
latitudes. Como ustedes… como es bien sabido, como es bien sabido, pues
nosotros hemos venido dando además de todas las batallas políticas, económicas,
sociales, esta batalla histórica, esta batalla histórica que, bueno, que nos tocó,
que nos ha tocado, y gracias a Dios que nos tocó, a nosotros nos tocó retomar
las banderas de Bolívar, las banderas desgarradas, nos tocó retomar las
banderas mancilladas, la bandera patria ésta que aquí está, amarillo, azul y
rojo y sus ocho estrellas ahora, como mandó Bolívar desde Angostura; ocho
estrellas y más allá las banderas del Pueblo, banderas mancilladas,
desgarradas, pisoteadas durante, bueno, casi todo el siglo XIX, después de la
epopeya y durante casi todo el siglo XX.
Y nos tocó a nosotros pues,
terminando el siglo XX y comenzando el XXI, comenzó aquí una nueva era, me
decía Fidel anteanoche despidiéndonos en La Habana “Bueno Chávez esa
llamarada…” la llamarada se hizo, se hizo continente, la llamarada, el fuego
sagrado. Fue como una resurrección lo que hemos visto, lo que hemos vivido.
Aquí había un continente dormido, un pueblo dormido, como muerto, y llegó el
Lázaro colectivo y se levantó, finales de los 80, los 90, los 90 terminando el
siglo XX, pues, se levantó aquí en Venezuela una Revolución, se levantó un
pueblo y nos ha tocado a nosotros, a algunos de nosotros, a muchos de nosotros,
mujeres, hombres, asumir responsabilidades, asumir papeles de vanguardia,
asumir papeles de dirección, de liderazgo por distintas razones civiles, militares
y hemos confluido pues, distintas corrientes, terminando el siglo y comenzando
este siglo.
En Venezuela se desató la última
Revolución del siglo XX y la primera del siglo XXI, Revolución que -¿quién lo
puede dudar?- ha tenido cuántos impactos en la América Latina, en el Caribe y
más allá y más allá y seguirá teniendo impacto. Pues además de todas esas
batallas se presentó una adicional, imprevista, repentina para mí y no para mí
pues, para todos, para todos nosotros porque tengo la dicha de sentirme
acompañado ¿eh? De no ser un solitario, de no ser un solitario, y luego hemos
estado enfrentando el problema de la salud con mucha mística, con mucha fe, con
mucha esperanza, con mucha dedicación en lo individual, lo familiar, en lo
colectivo como una gran familia. Hemos enfrentado además manipulaciones, hemos
enfrentado ¿cómo se llama? ¿sí?
Presidente de la Asamblea
Nacional, Diosdado Cabello: Miseria.
Presidente Chávez: ¡Miseria!
Bueno, las miserias “Nada humano me es extraño…” dijo alguien, miserias, etcétera,
pero por encima de todo, con la frente en alto, con la dignidad incólume ¿eh?
Como pueblo, como nación y yo como individuo, como uno más, uno más de esta
gran corriente bolivariana que aquí se desató.
Comenzando el año tuvimos una
recaída que fue enfrentada con éxito, sin duda que con gran éxito, un gran
éxito por cuanto terminábamos la… el tratamiento de la radioterapia en mayo y
unos días después, apenas estábamos inscribiendo la candidatura a la
Presidencia de la República, como recordamos, yo fui uno que insistí y así lo
hicimos, insistí, rodando los tiempos, insistí en hacerme todos los chequeos
médicos antes de inscribir la candidatura aquí en Venezuela, en Cuba y bueno
todos los resultados fueron favorables.
Si hubiese surgido algún resultado
negativo en esos exámenes, tengan ustedes la seguridad que yo no hubiese
inscrito y asumido la candidatura presidencial.
Afortunadamente esta Revolución
no depende de un hombre. Hemos pasado etapas nosotros y hoy tenemos un
liderazgo colectivo que se ha desplegado por todas partes, a mí me ha dado
mucho gusto en estas horas desde nuestra llegada ayer al amanecer casi ya y bueno
desde La Habana en los últimos diez días casi, verificar, constatar --una vez
más-- ese liderazgo colectivo, dígame la campaña para las elecciones de
gobernadores, andan desplegados nuestros líderes, nuestros cuadros, hombres,
mujeres con un gran fervor patrio y yo les felicito y estoy seguro que
escribiremos otra página grandiosa el próximo domingo, el otro ¿no? el 16 de
diciembre.
Presidente de la Asamblea
Nacional, Diosdado Cabello: El 16.
Presidente Chávez: Un fervor
participativo, organizativo, con propuestas, con ideas, con altura de debate
¿eh? Un fervor organizativo de las bases populares, de participación, eso nunca
se vio aquí ¡jamás! Desde hace mucho tiempo se había visto. Creo que jamás se
vio en verdad en casi 200 años.
Bueno, también me ha dado mucho
gusto verificar y constatar cómo marcha, como estamos cerrando ciclos ¿no?,
hicimos un esfuerzo grande para asegurar el pago de aguinaldos, bonificaciones
para todos los empleados, trabajadores, trabajadoras, y no sólo del Gobierno
central, gobernaciones, alcaldías.
Y, bueno, hay un fervor, además
del fervor político electoral, rumbo al 16 de diciembre, bueno un fervor
también familiar, navideño, desatado por todas partes. Cómo marchan los
proyectos fundamentales del Gobierno, la Misión Vivienda, se entregó la
vivienda número 300 mil, allá en el Zulia; el tema económico, el ingreso al
Mercosur, la cumbre de Mercosur, todo eso marcha, y marcha a buen paso. Claro,
siempre, como aquí mismo lo dije en esta mesa, el tema de las inspecciones,
también marchan muy bien las inspecciones, los inspectores, para corregir a
tiempo, con mano firme, orientadora.
Allí está la almiranta Carmen, la
llaman “la Inspectora”, ¿no? Y andan desplegados los inspectores. Tengo ya
bastantes informes y se están tomando medidas correctivas, y hay que seguirlo
haciendo, en todos los ámbitos.
Bien, ahora, volviendo al tema
central, como decía, comenzó la campaña electoral, una recuperación exitosa,
todos aquellos meses de junio, julio más bien, julio; el mes de julio, todos
los eventos militares que hicimos, luego la campaña, las giras por el país;
luego enfrentamos las inundaciones de Cumanacoa, luego la tragedia de Amuay,
terminando agosto; septiembre, el remate de la campaña electoral, las giras, la
última avalancha de Sabaneta a Miraflores, el diluvio que nos cayó aquí en las
siete avenidas, la avenida Bolívar y siete más, o seis más que se desbordaron
de Patria, el Plan de la Patria, las discusiones.
Bueno, si yo no hubiese estado…
Digo esto porque por ahí han surgido versiones de que no, de que todo fue un
engaño. No, no, no. Enfrenté esa campaña, bueno, con todo mi fervor, como
siempre, y acompañado por ese pueblo, fervoroso también, y haciendo pues un
esfuerzo, como siempre lo hemos venido haciendo.
Inmediatamente al terminar, o al
coronar la victoria del 7 de octubre, la gran victoria del 7 de octubre, a los
pocos días me repetí los exámenes, aquí, allá en La Habana, y todo salió bien,
todo salió bien.
Sin embargo alguna inflamación,
algunos dolores, seguramente producto del esfuerzo de la campaña y del mismo
tratamiento de la radioterapia, en una zona que es muy sensible, entonces le
empezamos a prestar mucha atención a ello. Yo reduje mis apariciones públicas
para enfrentar la problemática, con los médicos, el tratamiento, y bajar los
niveles de inflamación y de molestias.
En todo este proceso surgió la
recomendación médica de someterme a tratamiento hiperbárico, la cámara
hiperbárica. Motivado a esta recomendación para acelerar la recuperación,
solicité a la Asamblea Nacional, fue el 27 de noviembre, recuerdo, en carta que
está allí, solicité la autorización para ausentarme del país, a la hermana
República de Cuba, donde se me ha venido siguiendo pues todo este proceso, para
seguir el tratamiento hiperbárico. Salimos el 27 y el 28 comenzamos en la
cámara hiperbárica.
Fueron varios días de
tratamiento, de seguimiento, sin embargo por algunos otros síntomas decidimos,
con el equipo médico, adelantar exámenes, adelantar una revisión, una nueva
revisión exhaustiva, y bueno lamentablemente, así lo digo al país, en esa
revisión exhaustiva surge la presencia, en la misma área afectada, de algunas
células malignas nuevamente.
Eso nos ha obligado a revisar, a
revisar el diagnóstico, la evolución del tratamiento, a consultar expertos, y
se ha decidido, es necesario; es absolutamente necesario, es absolutamente
imprescindible someterme a una nueva intervención quirúrgica. Y eso debe
ocurrir en los próximos días. Incluso les digo que los médicos recomendaban que
fuese ayer, ayer; a más tardar ayer, o este fin de semana. Yo dije: No. No, en
verdad yo solicité permiso para el tratamiento hiperbárico, se presenta esto y
yo quiero ir allá, yo necesito ir a Venezuela.
Y vine fue a esto, ¿ves?,
llegamos ayer de madrugada, Fidel estuvo muy pendiente, Raúl, nos reunimos,
evaluamos. Ayer descansamos un poco, revisamos documentos, por ahí firmé unas
cartas que estaban pendientes, unas designaciones de embajadores, unos recursos
del Fondo Chino, el informe de Mercosur, del viaje que hizo Rafael Ramírez con
Menéndez a la reunión del Mercosur; la Comisión Mixta a Pekín, que fue muy
exitosa también, allí estuvieron Giordani con Rafael y Edmée también estuvo, un
equipo; Asdrúbal. Cuando no, Asdrúbal… China, allá está Asdrúbal, ¿ves?
Bueno, todo lo que es el proceso
de las alianzas estratégicas, que esa es otra cosa que aquí no había, Venezuela
en Mercosur, imagínate. Venezuela alianza estratégica con China, con Rusia, y
con muchos otros países del mundo. El ALBA, la Celac, son estas cosas que han
ocurrido, que han venido ocurriendo, paso a paso, como producto de esta
revolución que se desató en América Latina.
Bueno, yo decidí venir, haciendo
un esfuerzo adicional en verdad, porque bueno los dolores son de alguna
importancia ¿no? Pero, bueno, con el tratamiento, calmantes, estamos en una
fase preoperatoria, preparando todo. Yo necesito, debo retornar a La Habana
mañana, así que aquí tengo la carta de solicitud a la Asamblea Nacional, al
presidente aquí presente, el compañero Diosdado Cabello, voy aprovechar para
firmarla de una vez, para que por favor la soberana Asamblea Nacional me
autorice a ausentarme ahora —aquí está explicado— con el objetivo de la nueva
intervención quirúrgica.
Denme un minuto, por favor, unos
segundos. Correcto. Ya está firmado.
Hago entrega de la solicitud,
señor Presidente, para ir a enfrentar esta nueva batalla. Con el favor de Dios,
como en las ocasiones anteriores, saldremos victoriosos, saldremos adelante.
Tengo plena fe en ello, y bueno como hace tiempo estoy aferrado a Cristo, el
Cristo… Uno siempre ha vivido de milagro en milagro, siempre he dicho yo.
Llegamos al 4 de febrero como de milagro.
¡Ah!, Molero, eso fue como de
milagro. Después de tantos años, de tantos ires y venires ¿no? ¡Ufff!, cuántos
años y cuántos… Recuerdo los días de teniente, ya andábamos nosotros allá en
los Blindados de Maracay, metidos atrás en el polígono, reuniéndonos, entre
tanques y soldados. Y allá en los paracaidistas, en San Jacinto, en La Placera
al fondo, allá nos íbamos a trotar, éramos tenientes, tenientes. 25 años, 26
años. Y, bueno, fue como de milagro llegar al 4 de febrero. Y fue como de milagro
llegar aquí. 27 de noviembre después, y llegar aquí a esta casa del pueblo. Fue
como de milagro el 11 de abril, 12 de abril, 13 de abril; eso fue como un
milagro, fue un milagro. Yo sigo aferrado a ese milagro.
Ahora, en todo caso, en todo
caso; a pesar de que todo se planifica bien, los detalles de esta nueva
batalla, sin embargo en todos estos procesos hay riesgos, quién puede negarlo,
en toda operación, y de este tipo ¿no?, y contra este mal implica un riesgo,
implica un riesgo; eso es innegable. Y tenemos nosotros la dicha, ya lo dije
hace rato, y ayer en la madrugada, creo que fue el almirante Molero que me lo
decía ahí en Maiquetía, tenemos Patria hoy, tenemos Patria.
Venezuela ya hoy no es la misma
de hace veinte años, de hace cuarenta años. No, no, no. Tenemos un pueblo,
tenemos una Fuerza Armada, la unidad nacional. Si en algo debo insistir en este
nuevo escenario, en esta nueva batalla, en este nuevo trance —diría un llanero
por allá— bueno es en fortalecer la unidad nacional, la unidad de todas las
fuerzas populares, la unidad de todas las fuerzas revolucionarias, la unidad de
toda la Fuerza Armada, mis queridos soldados, camaradas, compañeros; la unidad
del Ejército, mi Ejército, mi amado Ejército. El Ejército, la Marina, mi amada
Marina. Digo esto porque los adversarios, los enemigos del país no descasan ni
descansarán en la intriga, en trata de dividir, y sobre todo aprovechando
circunstancias como estas, pues.
Entonces, ¿cuál es nuestra
respuesta? Unidad, unidad y más unidad. ¡Esa debe ser nuestra divisa! Mi amada
Fuerza Aérea, mi amada Guardia Nacional, mi amada Milicia. ¡La unidad, la
unidad, la unidad!
El Partido Socialista Unido de
Venezuela, los partidos aliados, el Gran Polo Patriótico, las corrientes
populares revolucionarias, las corrientes nacionalistas. ¡Unidad, unidad,
unidad! ¡Unidad!
Decía Bolívar: “Unámonos o la
anarquía nos devorará, sólo la unidad nos falta —dijo después, o antes había
dicho— para completar la obra de nuestra regeneración…”.
Al respecto, porque no quiero alargar
mucho estas palabras, ya son casi las diez de la noche, al respecto, como está
previsto en la Constitución, allí está todo previsto, una vez que se me
autorice salir del país, pues es el vicepresidente, el compañero Nicolás
Maduro, un hombre revolucionario a carta cabal, un hombre de una gran
experiencia, a pesar de su juventud; de una gran dedicación al trabajo, una
gran capacidad para el trabajo, para la conducción de grupos, para manejar las
situaciones más difíciles. Lo he visto, lo hemos visto.
¿Cuántos años tienes tú de
canciller, Nicolás?
Vicepresidente ejecutivo de la
República, Nicolás Maduro: Seis años y tres meses.
Presidente Chávez: Seis años y
tres meses.
¡Cuánto, cuánto…! En cuántas
situaciones, en cuántas circunstancias hemos visto, y yo en lo personal, a
Nicolás, acompañarme en esta difícil tarea, allí y en distintos frentes de
batalla.
Pues, él queda al frente de la
Vicepresidencia ejecutiva de la República, como siempre hemos hecho en
permanente contacto. Pero yo quiero decir algo, quiero decir algo, aunque suene
duro, pero yo quiero y debo decirlo, debo decirlo. Si como dice la Constitución,
cómo es que dice, si se presentara alguna circunstancia sobrevenida, así dice
la Constitución, que a mí me inhabilite, óigaseme bien, para continuar al
frente de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, bien sea
para terminar, en los pocos días que quedan… ¿Cuánto?, ¿un mes? Hoy es… Sí, un
mes, un mes.
Presidente de la Asamblea
Nacional, Diosdado Cabello: Treinta y dos días.
Presidente Chávez: Y sobre todo
para asumir el nuevo período para el cual fui electo por ustedes, por la gran
mayoría de ustedes, si algo ocurriera, repito, que me inhabilitara de alguna
manera, Nicolás Maduro no sólo en esa situación debe concluir, como manda la
Constitución, el período; sino que mi opinión firme, plena como la luna llena,
irrevocable, absoluta, total, es que —en ese escenario que obligaría a convocar
como manda la Constitución de nuevo a elecciones presidenciales— ustedes elijan
a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Yo
se los pido desde mi corazón.
Es uno de los líderes jóvenes de
mayor capacidad para continuar, si es que yo no pudiera —Dios sabe lo que
hace—, si es que yo no pudiera, continuar con su mano firme, con su mirada, con
su corazón de hombre del pueblo, con su don de gente, con su inteligencia, con
el reconocimiento internacional que se ha ganado, con su liderazgo, al frente
de la Presidencia de la República, dirigiendo, junto al pueblo siempre y
subordinado a los intereses del pueblo, los destino de esta Patria.
Algunos compañeros me decían que
no hacía falta, o han opinado en estas últimas horas, que no hacía falta decir
esto. Pero en verdad yo he podido desde La Habana decir casi todas las cosas
que he dicho esta noche, en esta media hora casi, pero yo creo que lo más
importante, lo que desde mi alma, desde mi corazón me dicta la conciencia, lo
más importante, o de lo más importante que yo vine aquí, haciendo el esfuerzo
del viaje, para retornar mañana, una vez se me conceda el permiso, ha sido
esto, Nicolás, de lo más importante, de lo más importante.
Y en cualquier circunstancias
nosotros debemos garantizar la marcha de la Revolución Bolivariana, la marcha
victoriosa de esta Revolución, construyendo la democracia nueva, que aquí está
ordenada por el pueblo en Constituyente; construyendo la vía venezolana al
socialismo, con amplia participación, en amplias libertades, que se están
demostrando una vez más en esta campaña electoral para gobernadores, con
candidaturas por aquí y candidaturas por allá. Libertades. En plenas
libertades.
En el marco de este mensaje, que
por supuesto jamás hubiese querido transmitirles a ustedes, porque me da mucho
dolor en verdad que esta situación cause dolor, cause angustia a millones de
ustedes, pues, que hemos venido conformando una sólida… un solo ente, porque como
decíamos y decimos, ya en verdad Chávez no es este ser humano solamente, Chávez
es un gran colectivo, como decía el eslogan de la campaña: ¡Chávez, corazón del
pueblo! Y el pueblo está aquí en el corazón de Chávez.
Y menos aún en estos días de
Navidad. Pero, bueno, así son las circunstancias de la vida. Yo, sin embargo,
aferrado a Cristo, aferrado a mi Señor, aferrado a la esperanza y a la fe,
espero -así lo pido a Dios- darles buenas noticias en los próximos días y que
podamos juntos seguir construyendo lo que ahora sí tenemos pero que debemos
seguirlo construyendo. Tenemos Patria, tenemos una Patria ¡cuanto costó, cuanto
costó recuperarla! Revivirla, levantarnos con ella entre dolores, entre
pesares, recordemos cuanto ha costado, cuanto nos ha costado a millones, a
millones. Nunca olvidaré o mejor dicho, recuerdo en este momento aquella frase
de Simón Bolívar, el Padre Bolívar cuando en los últimos días de su batalla
física en este mundo, le decía a Urdaneta, al general Urdaneta “Yo no tengo
patria a la cual seguir haciendo el sacrificio…” ¿ve? Y lo echaron y lo
vilipendiaron y lo vejaron “Mis enemigos me quitaron la Patria…” dijo, hoy ¡ah!
Gracias a Dios, Padre Bolívar, cuán distinta es la situación para todos
nosotros hombres y mujeres. Hoy sí tenemos Patria y es la tuya Bolívar, es la
que tú comenzaste a labrar, a labrar junto a millones de hombres y mujeres hace
200 años y antes habían comenzado también a labrarla, hoy es Día de
Guaicaipuro, nuestros hermanos aborígenes en su lucha, en su resistencia, 500
años de lucha. Hoy, por fin, después de tanta lucha tenemos Patria a la cual
seguir haciendo el sacrificio, desde mi corazón de patriota reitero mi llamado
a todos los patriotas de Venezuela y a todas las patriotas de Venezuela,
porque, bueno, somos revolucionarios, somos socialistas, somos humanos, somos
muchas cosas pero en esencia, patriotas, patriotas y cada vez que yo hablo del
patriota, recuerdo aquella canción, vieja canción de los solados tanquistas de
Venezuela que aprendí de casi niño todavía ya aquí la llevo en el alma ¿eh?
Al rumor de clarines guerrero,
ocurre el blindado, ocurre veloz, con celoso dragones de acero que guardan la
Patria, que el cielo nos dio, patria, patria, patria querida tuyo es mi cielo,
tuyo es mi sol, patria, tuya es mi vida, tuya es mi alma, tuyo es mi amor.
Tuya Patria, la Patria ¡hoy
tenemos Patria! Y pase lo que pase en cualquier circunstancia seguiremos
teniendo Patria, Patria perpetua -dijo Borges- Patria para siempre, Patria para
nuestros hijos, Patria para nuestras hijas, Patria, Patria, la Patria.
Patriotas de Venezuela, hombres y mujeres: Rodilla en tierra, unidad, unidad,
unidad de los patriotas.
No faltarán los que traten de
aprovechar coyunturas difíciles para, bueno, mantener ese empeño de la
restauración del capitalismo, del neoliberalismo, para acabar con la Patria.
No, no podrán, ante esta circunstancia de nuevas dificultades -del tamaño que
fueren- la respuesta de todos y de todas los patriotas, los revolucionarios,
los que sentimos a la Patria hasta en las vísceras como diría Augusto Mijares,
es unidad, lucha, batalla y victoria.
Nicolás allá está la Espada de
Bolívar, a ver si la pueden traer ¿eh? La Espada de Bolívar, la espada del
Perú, la que le dieron a Bolívar en el Perú 1824, bueno, delante de esa espada
juramos ¿eh? Delante de esa espada juramos, delante de esta bandera juramos,
delante de Dios, delante de nuestro Pueblo. Estaremos muy pendientes y pido
todo el apoyo, todo el apoyo del Pueblo y de todas las corrientes y de todos
los sectores de la vida nacional, de los patriotas de Venezuela, civiles,
militares, hombres, mujeres ¿eh? En estas circunstancias, todo el apoyo, bueno,
en primer lugar para el Gobierno Revolucionario en esta coyuntura, continuar
arreciando la marcha rumbo a lo que ya está ahí en el horizonte, la gran
victoria del 16 ¿no es? 16 de diciembre, las gobernaciones de todo el país y el
apoyo, la unidad ante las decisiones que tengamos que ir tomando en los
próximos días, en las próximas semanas, en los próximos meses. Sea como sea y
con esto termino, hoy tenemos Patria, que nadie se equivoque.
Hoy tenemos Pueblo, que nadie se
equivoque.
Hoy tenemos la Patria más viva
que nunca, ardiendo en llama sagrada, en fuego sagrado. Sólo me resta decirles,
con las buenas noches a las diez y diez minutos de esta noche del sábado ¡Hasta
la victoria siempre!
Independencia y Patria
Socialista, viviremos…
Y venceremos.
Viva Venezuela.
Hugo Chávez,8 de diciembre de
2012
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