"No puedo sino pronunciar
unas palabras de despedida para quienes fueron mis hermanos Carlos Gustavo y
Fernando Luis, que eligieron el camino más duro y difícil por la causa de la
dignidad del hombre. No podemos seguir con indefinición y con miedo, sin
comprometernos. Recuerdo cuando con Carlos Gustavo hicimos un viaje al norte
del país, y allí lo vi llorar desconsolado al ver la miseria y el triste
destino de los hacheros. Fue fiel a Cristo, tuvo un amor concreto y real por
los que sufren; se comprometió con la causa de la justicia, que es la de Dios,
porque comprendió que Jesucristo nos señala el camino del servicio. Es un
ejemplo para la juventud, porque tenemos que luchar para alcanzar la sociedad
justa y superar el mecanismo que quiere convertirnos en autómatas. Que este
holocausto nos sirva de ejemplo".
Padre Carlos Mugica
No hay comentarios:
Publicar un comentario