Compañeros: con profundo dolor he
recibido la noticia de una irreparable pérdida para la causa de los pueblos que
luchan por su liberación. Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos
hermanados con todos aquellos que en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier
bandera, luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación.
Nos sentimos hermanados con todos
los que con valentía y decisión enfrentan la voracidad insaciable del
imperialismo, que con la complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas
por militares títeres del pentágono mantienen a los pueblos oprimidos.
Hoy ha caído en esa lucha, como
un héroe, la figura joven mas extraordinaria que ha dado la revolución en
Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara. Su muerte me
desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de
conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda
convicción en la justicia de la causa que abrazó, le dio la fuerza, el valor,
el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir.
He leído algunos cables que
pretenden presentarlo como enemigo del Peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo
fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿que edad
tenía entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que
derrocó al gobierno popular de Hipólito Irigoyen. Yo también en ese momento fui
utilizado por la oligarquía.
Lo importante es darse cuenta de
esos errores y enmendarlos. ¡Vaya si el Che los enmendó! En 1954, cuando en
Guatemala lucha en defensa del gobierno de Jacobo Arbenz ante la prepotente
intervención armada de los yanquis, yo personalmente di instrucciones a la
Cancillería para que le solucionaran la difícil situación que se le planteaba a
ese valiente joven argentino; y fue así como salió hacia México.
Su vida, su epopeya, es el
ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda
América Latina.
No faltaran quienes pretendan
empalidecer su figura. El imperialismo temeroso del enorme prestigio que ya
había ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades de
nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de que el Partido
Comunista Argentino, solapadamente, esta en campaña de desprestigio. No nos
debe sorprender ya que siempre se ha caracterizado por marchar a contramano del
proceso histórico nacional. Siempre ha estado en contra de los movimientos
nacionales y populares. De eso podemos dar fe los peronistas.
La hora de los pueblos ha llegado
y las revoluciones nacionales en Latinoamérica son un hecho irreversible. El
actual equilibrio será roto porque es infantil pensar que se pueden superar sin
revolución las resistencias de las oligarquía y de lo monopolios inversionistas
del imperialismo.
Las revoluciones socialistas se
tiene que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello que ella
tenga. Por eso y para eso, deben conectarse entre si todos los movimientos
nacionales, en la misma forma en que son solidarios entre si los usufructuarios
del privilegio.
La mayoría de los gobiernos de
América latina no van a resolver los problemas nacionales sencillamente porque
no responden a los intereses nacionales. Ante esto, no creo que las expresiones
revolucionarias verbales basten. Es necesario entrar a la acción
revolucionaria, con base organizativa, con un programa estratégico y tácticas
que hagan viable la concreción de la revolución. Y esta tarea, la deben llevar
adelante quienes se sientan capaces. La lucha será dura, pero el triunfo
definitivo será de los pueblos. Ellos tendrán la fuerza material
circunstancialmente superior a la nuestra; pero nosotros contamos con la
extraordinaria fuerza moral que nos da la convicción en la justicia de la causa
que abrazamos y la razón histórica que nos asiste.
El Peronismo, consecuente con su
tradición y con su lucha, como Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario,
rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante
Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en acción empuñando las armas
en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamérica.
Juan Domingo Perón 24 OCTUBRE
1967
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