Por Rodolfo Walsh
Marzo de 1972. De los papeles personales de Rodolfo Walsh,
reflexiones sobre su vida y su escritura. Walsh textual.
"Martes 14. Entre el sábado y el lunes lectura de la
novela de Paco (Urondo). Agitó muchas cosas, entre ellas el siempre latente
problema de la escritura.
Aunque es evidente que no me considero ya un novelista, que
no me veo consagrando mi vida a escribir novelas, ni siquiera una novela,
también es cierto que hay cosas que podría decir que me gustaría decir que
sería útil que fueran dichas.
Pienso que mi vida como muchas vidas ilustra cosas, que esas
cosas serían más claras para algunos de los demás para aquellos a quienes
quiero entre los demás si yo encontrara una forma verídica sincera de
sintetizar esa vida y esa experiencia.
¿Cuál sería el método? Imagino de pronto una especie de
inventario de todas las cosas los lugares las ideas sobre todo las personas que
se han acumulado en mi memoria. Tal vez si hiciera ese inventario encontraría
luego el hilo conductor que lo justificará literariamente pero sobre todo su
razón de ser histórica política.
Porque si yo muriera mañana una parte de mi vida –esta parte
de mi vida- podría parecer insensata y ser reclamada por algunos que desprecio
e ignorada por otros a los que podría amar. Desde luego esa reivindicación
personal no es lo que más importa –aunque no sea totalmente capaz aún de
renunciar a ella. Lo que importa es el proceso que ha pasado por mí la historia
de cómo yo cambié y cambiaron los demás y cambió el país.
Lo que importa es cómo pudo nacer aquí en este lugar dejado
lo que está naciendo. Importan también los otros, los responsables, los
chantas: yo me entiendo por ahora.
Imagino también un inventario de las cosas que quiero y las
cosas que odio: ya lo dije. Las cosas que quiero mis hijas el trabajo oscuro
que hago los compañeros el futuro los que no obedecen los que no se rinden los
que piensan y forjan y planean los que actúan el análisis claro la revelación
de lo escondido el método cotidiano la furia fría la alegría general que ha de
venir un día la gente abrazándose la pareja en su amor la esperanza insobornable
la sumersión en los otros.
Las cosas que odio que desprecio la traición la estupidez
Frondizi la televisión Jacobo los yanquis de la Esso o los ingleses de la Shell porque estos hijos de
puta son cuñas del mismo palo Bernardo Neustad los mercenarios los discursos de
los generales las turritas y los pavos de la publicidad oliendo a la colonia
que mata los comunistas del partido los falsos profetas de la izquierda
acalambrada la camiseta peronista el bigote peronista el odio de los oligarcas
la cultura de La Prensa
la senilidad de Borges la convicción de Gleyzer o de Aizcorbe los que matan a
la gente los torturadores los farsantes los radicales del pueblo sobre todo si
son jóvenes y una lista inmensa inalcanzable que se podría tratar de
perfeccionar.
¿Qué hago yo con todo eso? Empiezo a juntarlo y empiezo a
mirarlo empiezo a estudiarlo empiezo a ver si se deja escribir. Y si no se deja
mala suerte será como la primera nenita que no se dejó cuando yo tenía ocho
años y ella tal vez seis. Porque si no es sobre eso no vale la pena escribir
sobre nada".
Rodolfo Walsh
(Choele-Choel, 9 de Enero 1927 - Buenos Aires, 25 de
Marzo1977)
14/3/72 , Fuente: "La Voluntad. Tomo
I" de Anguita-Caparrós, págs 535/536
Nota: la ausencia de comas es textual del libro, a su vez
textual del original
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