
Que la iglesia católica es retrograda no es un secreto para nadie. Los únicos que no piensan así son los miembros del opus dei, los que hacen negocios con y desde el clero, y por supuesto los miles de fieles infelices (o infieles felices si se quiere) que aún y a pesar de todo persisten en su fe. (Estos últimos en una extraña mezcla de cinismo, candidez, hipocresía y pelotudez).
Pero a veces los prelados pierden la compostura a tal nivel que nos toman a todos por pelotudos (seguramente a partir de acostumbrarse a la media de sus fieles).
Hoy por ejemplo, según últimas noticias de pagina 12: “El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Jorge Casaretto, se sumó a la cruzada contra el matrimonio gay y advirtió que" no es el principal problema de la Argentina" y que los esfuerzos deben apuntar a solucionar la situación de "cientos de miles de jóvenes que no estudian ni trabajan" o la pobreza, que está "en un estado latente grande".
Y es raro, porque como me decía mi queridísima tía Pilar - que hasta su muerte nunca dejó de asistir a misa -, “pobreza hubo siempre”, a lo que yo le contestaba, que justamente mientras la religión exista pobres habrá siempre.
Y efectivamente, por un lado, el aparato religioso ha gastado desde su nacimiento, tremendas fortunas que de haberse destinado a erradicar la pobreza otro habría sido el cantar. Pero lo peor es que a través de su mensaje evangélico les han hecho creer a miles de miles de millones de pobres a través de la historia, que ellos eran los elegidos de dios, y de esa manera sublimaban el espíritu de los pobres abortando su lucha por un mundo mas equitativo y justo.
Pero a veces los prelados pierden la compostura a tal nivel que nos toman a todos por pelotudos (seguramente a partir de acostumbrarse a la media de sus fieles).
Hoy por ejemplo, según últimas noticias de pagina 12: “El presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, Jorge Casaretto, se sumó a la cruzada contra el matrimonio gay y advirtió que" no es el principal problema de la Argentina" y que los esfuerzos deben apuntar a solucionar la situación de "cientos de miles de jóvenes que no estudian ni trabajan" o la pobreza, que está "en un estado latente grande".
Y es raro, porque como me decía mi queridísima tía Pilar - que hasta su muerte nunca dejó de asistir a misa -, “pobreza hubo siempre”, a lo que yo le contestaba, que justamente mientras la religión exista pobres habrá siempre.
Y efectivamente, por un lado, el aparato religioso ha gastado desde su nacimiento, tremendas fortunas que de haberse destinado a erradicar la pobreza otro habría sido el cantar. Pero lo peor es que a través de su mensaje evangélico les han hecho creer a miles de miles de millones de pobres a través de la historia, que ellos eran los elegidos de dios, y de esa manera sublimaban el espíritu de los pobres abortando su lucha por un mundo mas equitativo y justo.
Esa misma iglesia que durante la dictadura fue cómplice de persecuciones, secuestros, torturas, asesinatos, violaciones y toda clase de vejámenes; sobre quienes no hacían otra cosa que tratar de crear un orden con menos pobres y más justicia.
Esa misma iglesia que la semana pasada se fotografió con los más nefastos personajes de nuestra historia contemporánea planteando volver a las recetas económicas y sociales que sumieron al país es un nivel de pobreza nunca visto antes.
Esa misma iglesia que niega que si Jesús fue como ellos dicen, estaría en Dario Santillan y Maxi Kostequi,
como antes estuvo en el Che,
como antes estuvo en Evita…
y tantos, tantos mártires que dieron la vida por los otros,
por un orden más justo y sin pobreza.